Por Jesús Ruiz Gámez
A propósito de mi columna de ayer me preguntan: ¿Y si López Obrador le atina y (como dice el Presidente) el pueblo mexicano resiste mejor al coronavirus y nos salvamos de enormes gastos de dinero público y una aguda crisis económica?
La pregunta lleva tras de sí el “argumento” de que el Presidente siempre ha sido un suertudo y “casi todo le sale bien”.
Por supuesto respondí que ojalá fuera ese el resultado final y que todo volviera a la normalidad en breve sin el costo de incontables recursos y sobre todo sin la masiva pérdida de vidas que muchos más vaticinan por la experiencia ya vivida en otros países.
Pero también respondí que es una conducta cuasi criminal que el Presidente juegue y apueste a esa posibilidad y no se apegue estrictamente a las recomendaciones de los expertos y a la experiencia ya vivida en otras latitudes.
Hay quienes dicen que esa actitud del Presidente tiene una raíz ideológica; otros que solamente es la actitud de un nombre necio, intransigente, acostumbrado a que “siempre tiene la razón” y ni siquiera se da cuenta cuando no le asiste, lo cual quiere decir que no hay en él esperanza de rectificación.
Por mi lado agregaría a esta última percepción que, cuando López Obrador ve que puede perder, siempre trata de arrebatar y acude fácilmente a la mentira.
Por ejemplo, el sábado anterior, cuando publicó un video para sumarse al llamado a que todo mundo mejor se quede en casa, el Presidente dijo que “insistía” en ese llamado a los mexicanos, cuando todo mundo fuimos testigos de que hizo todo lo contrario en los días previos e invitaba a que siguiéramos con nuestra vida normal, como él la ha seguido sin atender a sus propios asesores.
Ayer se aventó una mentira más, al anunciar que, como parte de su plan de recuperación económica para enfrentar la contingencia sanitaria, ha incluido la instrucción de bajar su salario y el de los altos funcionarios de su gobierno.
Nadie, absolutamente nadie hizo tal petición, pues lo que se le ha pedido a gritos es que tome medidas fiscales para evitar la quiebra masiva de empresas, a lo cual ha prestado oídos sordos, cuando no ha rechazado la idea con desplantes verdaderamente despóticos.
Pero además la cuantía de la baja salarial de los altos funcionarios del gobierno federal no significa absolutamente nada frente a la crisis económica que se viene… Eso si fuera cierto que habría una baja en los sueldos.
Lo que López Obrador llamó baja salarial es en realidad que no se darán los aumentos previstos para los altos funcionarios en este año, por lo que al no compensarse la inflación van a tener una baja en términos reales… Es decir, a ninguno, ni a él mismo, se le bajará el sueldo que actualmente tiene.
Claro que la mentira, o la simulación que es lo mismo, no es nueva en boca de López Obrador, como no la es prácticamente en ningún político mexicano… Pero acudir a la mentira, a la simulación y a la manipulación en la actual circunstancia, es no tener madre.
LO QUE SE HACE EN SONORA
Obviamente ese juego que se trae López Obrador es percibido como sumamente riesgoso por muchos gobernantes de otros niveles, como se ve en Sonora con la gobernadora Claudia Pavlovich y concretamente en Hermosillo con la alcaldesa Celida López Cárdenas.
Como ya sabemos la Gobernadora no se ha esperado a ver qué hace la parte federal y encabeza uno de los gobiernos estatales más proactivos ante la pandemia, no solamente al decretar las medidas restrictivas de la emergencia sanitaria, sino además otras medidas para paliar los efectos sobre las empresas y las familias más necesitadas.
Ayer mismo la Mandataria estatal, acompañada por el secretario de Desarrollo Social del Estado, Manuel Puebla, anunció nuevos programas de apoyo a las familias y reiteró el llamado a que los sonorenses seamos solidarios con los coterráneos que menos tienen.
El anuncio de ese programa de Ayuda Alimentaria, que iniciará a partir del 9 de abril, lo hizo la Gobernadora al encabezar un ejercicio de contacto a través de su cuenta de Facebook, contestando las preguntas, dudas del público.
Este programa de Ayuda Alimentaria llegará a quien más lo requiera y dotará de una despensa para que puedan vivir un mes, según detalló Claudia Pavlovich, acción que será más que bienvenida en muchos hogares donde los cabezas de familia estarán temporalmente sin poder atraer el ingreso necesario.
Este apoyo a las familias se sumará a las acciones en favor de empresas, sobre todos a las pequeñas, pues al menos en el gobierno estatal sonorenses sí existe la convicción de que impedir el deterioro y la muerte de empresas es evitar a la vez una posterior crisis de desempleo masivo.
Por su parte, escuchábamos ayer las desesperadas expresiones de la alcaldesa Célida López Cárdenas, ante actitudes sumamente irresponsables de un buen número de ciudadanos que se resisten a atender los llamados al aislamiento.
López Cárdenas tampoco quiere esperarse a ver qué sucede y, seguramente atendiendo las recomendaciones de los expertos en la materia, ayer mismo dio a conocer su propuesta al Consejo al Consejo Estatal de Salud para que evalúe decretar el resguardo domiciliario obligatorio en Hermosillo para los próximos 30 días.
La propuesta de “toque de queda” de la Alcaldesa, si bien tiene un discutible basamento legal, como opinaba ayer mismo el presidente del Supremo Tribunal de Justicia Francisco Gutiérrez, se trata de una medida de excepción que se justifica precisamente porque atendería a una situación excepcional, como finalmente reconoció el propio Magistrado.
Y es que tan no quieren muchos acatar las recomendaciones que, según comentaba López Cárdenas, tan sólo en el fin de semana pasado se reportaron más de 200 fiestas en domicilios particulares, además que no se aprecia una disminución del tráfico capitalino en la medida que la circunstancia lo requiere.
Quizás por eso es la propuesta de que el “toque de queda” sea de las 18:00 horas a las 7:00 horas del día siguiente y durante todos los días de la semana mientras dure la contingencia.
En pocas palabras, muchos hermosillenses están haciendo lo necesario para que el contagio del coronavirus estalle y se lleve muchas vidas de manera innecesaria.
Ante esa circunstancia, ante la irresponsabilidad ciudadana, es necesaria la mano firme de gobiernos responsables.
Es mejor que haya una nalgada a tiempo, pues.
