Panes, tortillas, galletas y pastas para sopa son más caros este mes de abril, al pegarle el índice inflacionario en un 14.08 por ciento anual en la primera quincena de este mes, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
El dato es el más alto en los registros para este grupo de alimentos, como por ejemplo el pan blanco, que registró una inflación anual de 18.99 por ciento en la primera mitad de abril, su dato más alto desde julio de 2008; el índice de precios para el pan dulce subió 14.35 por ciento (un máximo de casi 18 años); el pan de caja subió 12.94 por ciento, y los pastelillos alcanzaron un pico no visto desde agosto de 2008, ubicándose en 13.07 por ciento.
La inflación para las galletas fue de 12.30 por ciento (su mayor pico desde junio de 2009); de 9.48 por ciento para los cereales en hojuelas (un máximo desde abril de 2009), y de 14.54 por ciento para las pastas para sopa. La harina de trigo se encareció 16.62 por ciento
Los precios del pan, pastas y otros productos derivados del trigo llevan meses sintiendo las presiones de altos costos de insumos como el fertilizante y, más recientemente, las preocupaciones en mercados por la invasión de Rusia a Ucrania.
Rusia y Ucrania son dos de los principales productores y exportadores de trigo y maíz a nivel mundial. Su conflicto puso en jaque la oferta global, presionando al resto de los productores -y a los precios de mercado- para cubrir la demanda.
El Consejo Internacional de Granos (IGC por sus siglas en inglés) proyecta en su más reciente reporte una caída de 1.8 por ciento para los inventarios globales de trigo para el período 2022-2023, su primer descenso en cuatro años. Para la producción, estima una baja de 0.12 por ciento, la cual podría sentir mayores impactos por mal clima y altos costos del fertilizante.
Por otro lado, la tortilla de maíz vio como su índice de precios aumentó 17.42 por ciento anual en la primera mitad de abril. El dato ronda máximos de una década para la inflación de la tortilla en sus mediciones quincenales.
La inflación para la masa y harina de maíz fue de 16.01 por ciento, con lo que se alcanzó un pico no visto desde abril de 2012.
Al igual que el trigo, los precios internacionales del maíz sienten las presiones del conflicto en el este de Europa, sumado a la ‘asfixia’ causada por los altos costos del fertilizante y otros insumos.
El IGC, proyecta una caída de uno por ciento en la producción mundial de maíz y una baja de 7 por ciento en inventarios.