La gente ha salido a las calles a manifestarse. Y la causa no es para menos: el alza a los combustibles le pega a toda la población, no sólo a los que tienen un automóvil.
En Hermosillo, una ciudad tradicionalmente apática a salir a las calles a protestar, hoy es diferente. Cientos salieron a gritarle al presidente Enrique Peña Nieto que no están de acuerdo con la escalada de aumentos.
Desde temprana hora, la plaza Emiliana de Zubeldía fue testigo de cómo los inconformes se organizaban para ir a tomar simbólicamente algunas de las gasolineras de la ciudad.
En la Gasolinera El Faro, decenas de personas hicieron una valla tomados de las manos para impedir el acceso. Entre ellos se encontraba la conocida activista Rosa María O’Leary.
Por otro lado, también durante algunos minutos, otro contingente hacía lo propio en la gasolinera Perisur, donde con gritos de “Únanse” instaban a los automovilistas a ser parte de la protesta.
La estación de servicio ubicada en Reforma y Luis Orcí también fue punto de reunión para los hermosillenses inconformes.
Después de los bloqueos temporales a las gasolineras, la protesta se dirigió hacia la terminal de almacenamiento y reparto de Pemex, la cual fue “clausurada”. En ese lugar tomaron el acuerdo de tomar la caseta de cobro ubicada en la salida a Nogales.