El gobierno de Estados Unidos reabrirá el proceso exprés para conceder permisos de trabajo a ingenieros, programadores, científicos y matemáticos, el cual había sido suspendido en abril de este año.
Tras anunciar el cierre de las visas H-1B en marzo, los visados premium vuelven a activarse desde este miércoles con una reapertura del proceso pero con nuevas restricciones.
Para empezar, serán menos permisos emitidos, pues de 65 mil que se otorgaban cada año, ahora serán sólo 20 mil. Además, solo aceptarán solicitudes de instituciones académica, organizaciones sin ánimo de lucro o gubernamentales.
Esto quiere decir que quedan fuera las grandes tecnológicas y las startups, aunque en el caso de Mark Zuckerberg o Bill Gates, sus fundaciones filantrópicas podrían pedir a un candidato concreto con una preparación académica verificable de, como mínimo, un máster.
Este visado es el preferido por las empresas tecnológicas, que encuentran una fórmula para atraer talento altamente cualificado para cubrir puestos con escasa oferta de empleados en Estados Unidos. Es un alivio pero es insuficiente. Silicon Valley celebra la medida pero los números no cuadran con la alta demanda.
Los críticos con este sistema, en gran parte próximos a la Casa Blanca, consideran que este tipo de permiso promueve la contratación de empleados por salarios inferiores a lo que cobraría un americano en un puesto similar.
Cada año el Gobierno de Estados Unidos otorga 85.000 visados H-1B a personas con gran formación y talento contrastado. Se mantiene el cupo, pero también la espera, que puede llegar a ser de hasta nueve meses frente a las escasas dos semanas de estos 20.000 que serán rápidos. La validez de estos permisos es de tres años y se puede renovar por un periodo similar hasta un total de seis años. El formulario I-907 vuelve a estar activo para tramitar la petición.
El miércoles día 26, el día que se abre el proceso, el organismo que controla la inmigración celebrará un evento para escuchar y comentar los cambios de la última orden ejecutiva bajo un título que no deja lugar a dudas: “Compra americano, contrata americano”.