En promedio, un billete tiene una vida activa de 4 a 15 años y una moneda puede circular durante medio siglo. En todo este tiempo, jamás se sanitizan. Es por eso que no parece ocioso preguntarse qué tantas enfermedades se acumulan en el efectivo que comúnmente manejamos.
Un estudio hecho por la revista Gallup demostró que, en 2011, el 19% de los entrevistados en Estados Unidos admitía pagar todo en efectivo. Sólo cinco años después, ese promedio bajó al 10%. Eso quiere decir que, en el mundo, cada vez usamos menos dinero en efectivo.
A pesar de las evidencias crecientes en el uso de tarjetas, los billetes y las monedas están lejos de desaparecer, sobre todo en países como México. Es por eso que resulta interesante averiguar qué son los residuos de enfermedades, bacterias y toda clase de materiales encontrados en los billetes que circulan día a día.
En un artículo de la prestigiosa revista Scientific American, se demostró que el dinero en efectivo es un verdadero caldo de cultivo. El estudio encontró rastros de los siguientes componentes en un muestreo significativo:
El virus de la gripa.
La bacteria del E. coli que puede producir problemas de diarrea o infecciones genitales.
La bacteria Corynebacterium Diphteriae que causa infecciones de Difteria con dolor de garganta y fiebre.
Diferentes tipos de hongos.
Ántrax.
Diferentes rastros de drogas, principalmente cocaína y heroína.
Rastros de ADN de diversos animales como perros y gatos, claro, pero también caballos.