Mientras en México se sufre por problemas en el abasto de gasolina, una nueva caravana de migrantes ha comenzado a formarse en el norte de Honduras, desde donde esperan partir este martes con rumbo hacia Estados Unidos.
Más de una treintena de hondureños, entre ellos varios niños y mujeres, han llegado este lunes a la Gran Central Metropolitana, la principal terminal de autobuses de la ciudad de San Pedro Sula, norte del país, donde esperan que otras personas se sumen a la caravana.
Los pobres en Honduras “no tenemos trabajo (…) voy con fe (de) que Dios me va abrir puertas para poder llegar adonde tengo pensado llegar”, subrayó Rosa Yolanda López, quien dijo que en Honduras “la vida está difícil”.
Otro hondureño, Francisco García, originario del municipio de Curaren, al sur de Tegucigalpa, la capital hondureña, indicó a Efe que se unirá a la caravana con la esperanza de encontrar el trabajo que no tiene en su país.
“No hay trabajo, por eso uno decide salir para otro lado”, subrayó el hombre, quien señaló que en Honduras se ha dedicado a la agricultura.
Dijo estar consciente de que el “camino (hacia Estados Unidos) es peligroso”, pero, dijo, que “con la fe en Dios” espera llegar y que “todo salga bien”.
La convocatoria de la nueva caravana ha sido difundida en redes sociales, pero hasta ahora no se conoce quién o quiénes son los organizadores.
Las autoridades hondureñas advirtieron este lunes sobre los riesgos de migrar de manera irregular y pidieron a sus compatriotas que “no se dejen engañar”.
La funcionaria instó a los ciudadanos a no emigrar, porque, aunque es un derecho, son “muchos los riesgos” que enfrentan en el camino.
Al menos once hondureños de los miles de migrantes de la primera caravana que salió de Honduras el 13 de octubre de 2018, aduciendo la falta de trabajo e inseguridad en su país, han muerto en su intento por llegar a Estados Unidos.
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