En el peor tiroteo sucedido en Australia en los últimos 22 años, un abuelo asesinó a su esposa, a su hija y a sus nietos antes de suicidarse el viernes pasado.
Peter Miles, de 61 años disparó contra sus familiares dentro de la casa en donde vivían, ubicada en el pueblo de Osmington. Posteriormente se disparó a sí mismo, quedando su cuerpo a escasos metros de los de sus víctimas.
Um vecino fue quien advirtió a las autoridades sobre los disparos y aunque arribaron de inmediato, al llegar solo pudieron contabilizar los cadáveres y decomisar las dos armas con las que se cometió la matazón.
El primer ministro Mark McGowan calificó el acto como “horripilante”, pero advirtió, el resto de la sociedad no tiene qué temer, “pues no hay un pistolero prófugo”.
