ASI LE GUSTAN LOS GOBERNADORES AL PRESIDENTE
¿TENDRÁ EL MIEDO EN 2021, MISMO EFECTO DEL CORAJE EN 2018?
Por Jesús Ruiz Gámez
Claudia Pavlovich pidió ayer una disculpa a los sonorenses que pudieron ofenderse por la forma en que se dirigió antier al presidente López Obrador:
Así lo escribió en Twitter:
“1/3 Lo cortés no quita lo valiente. Aunque ayer en lo público hice una solicitud de forma coloquial que reconozco no estuvo a la altura de los sonorenses y por lo cual ofrezco una disculpa a quienes se sintieron ofendidos, quiero precisar lo siguiente:
“2/3 Al Presidente @lopezobrador_se le entregó un documento con 173 proyectos que representan más de 3 mil mdp de inversión para municipios y en beneficio de nuestra gente, el cual defenderemos, Estado y Municipios, ante el Gobierno Federal y el Congreso de la Unión.”
El tercer tuit de este hilo fueron las imágenes de las listas de proyectos e inversiones que la gobernadora pide al gobierno federal para los municipios.
Es evidente que Claudia Pavlovich, la persona, se sintió mal por las críticas que le acarreó su actitud ante el Presidente, pues se dirigió a él con palabras que creyó eran un acto de cortesía pero que algunos o muchos vieron como cortesanía, que pasan por sinónimos pero en política no.
Claudia Pavlovich acepta, pues, que no estuvo bien, pide la disculpen y en ello va implícito que ya no volverá a expresarse de esa manera ante el Presidente, lo cual no necesariamente significa un cambio de política ante el gobierno de López Obrador.
Usted decidirá si acepta o no la solicitud de disculpa de la Gobernadora.
Yo por mi parte la acepto, porque me habla de que la soberbia que suele ir ganando terreno en los gobernantes conforme ejercen el poder, no se ha impuesto sobre la persona de Claudia Pavlovich.
Eso no quiere decir que no me molesta ver a un gobernante recurrir a ese tipo de palabras y actitudes para tratar de llevar la fiesta en paz ante un Presidente que quisiera ver a todos los gobernadores con esa misma “obediencia ciega” que exige a sus colaboradores.
Desde la era del presidencialismo priista disgustaba ver en los políticos la zalamería y abyección con que se dirigían a sus “superiores”: los alcaldes al gobernador, los gobernadores al presidente.
Pero igualmente indignaba saber que así lo querían y así les gustaba a los presidentes.
Hoy vemos que el salto al pasado no es únicamente en la política y en las políticas de gobierno en el Palacio Nacional, sino también en la recuperación de ese presidencialismo rancio, que gusta precisamente de la cortesanía como forma de recibir pleitesía.
Diría pues que estuvo mal la Gobernadora y que está mal el Presidente.
La diferencia es que la Gobernadora se sintió mal y el Presidente lo disfruta.
¿TENDRÁ EL MIEDO EN 2021, MISMO EFECTO DEL CORAJE EN 2018?
Usted estará de acuerdo en que el crecimiento del voto anti Morena en vastas regiones del país se debe, no a una buena estrategia de la oposición, sino a los errores, excesos y actitudes del gobierno de López Obrador.
El coraje, real e inducido, en una mayoría de los electores en contra del PRI-AN fue lo que dio triunfos arrasadores a los candidatos de Morena en el 2018, pero me pregunto si el miedo que concita el gobierno de López Obrador podría alcanzar un efecto similar en el 2021.
Quizás la única forma de saberlo es si todos los partidos de oposición se deciden a unirse en una coalición, que verdaderamente polarice la elección entre dos bandos: los que aman al lopezobradorismo y los que ven en ese gobierno un peligro para México.
Hay quienes dicen que una coalición total de la oposición no tendría futuro porque oficializaría un PRI-AN fácil de desacreditar por parte de Morena.
Pero eso no es necesariamente cierto es un ambiente de polarización, de coraje o miedo como impulsores del voto, pues de la misma manera los electores, con tal de echar del gobierno al PAN y al PRI, decidieron voltear la vista ante la caterva de corruptos que López Obrador sumó a su movimiento provenientes de esos mismos partidos.
Por lo pronto, la colega periodista Soledad Durazo adelantó ayer que en la dirigencia nacional del PAN ya está la decisión de impulsar coaliciones con el PRD y el PRI en Sonora, Baja California Sur, Durango, Zacatecas y Ciudad de México, versión que también fue recogida en espacios nacionales.
De hecho, ayer se dio a conocer que las dirigencias de estos tres partidos y dos más con registro local ya se sentaron para negociar los términos de una alianza en Baja California Sur.
Así que el ánimo coalicionista parece ganar terreno por sobre los resquemores de los puristas de cada partido que rechazan la idea por supuestas “recámaras mentales”, como si en los hechos no hubieran hecho ejercicios de cogobierno en varias circunstancias.
Una cosa parece cierta: ni todos los partidos juntos le ganarán a Morena si no suman activamente a la campaña a las organizaciones y sectores civiles que han sido denunciantes de los excesos del lópezobradorismo.
