De los 400 millones de diabéticos que existen en el mundo, 12 millones de ellos están en México. Todos ellos deben monitorizar de manera regular su nivel de glucosa en la sangre y ajustar la dosis de insulina para evitar subidas de azúcar. Estos episodios pueden llegar a causar serios problemas de salud e incluso la muerte. Para facilitar el proceso de monitorización, al que están obligados a someterse de por vida, el joven innovador Carlos Bernal ha desarrollado el GlucosAlarm. Su proyecto consiste en un sensor de glucosa en orina que se coloca dentro de la taza del sanitario, lo que permite al usuario analizar su concentración de azúcar de un modo rápido y cómodo en su propio domicilio.
Ingeniero de sistemas computacionales por el Instituto Tecnológico de Chihuahua II (México) y máster en Ingeniería Tecnológica de Redes y Comunicaciones por la Universidad de Houston (EEUU), el interés de Bernal por los dispositivos médicos y en concreto por la medición de los niveles de glucosa en personas diabéticas parte de una anécdota. Su hermano, cirujano de profesión, no pudo realizar la operación que tenía programada un día porque el anestesiólogo no llegó a tiempo. Se había desmayado en el aparcamiento del hospital por estar al borde de un coma diabético. “¿Cómo un médico especialista no mantenía controlados sus niveles de glucosa?”, se preguntaba sorprendido el joven ingeniero. La respuesta que le dio su hermano fue reveladora: el proceso no solo es tedioso sino también molesto.
Que algo tan vital estuviera siendo pasado por alto debido a sus inconvenientes, incluso por los propios profesionales de la salud, fue lo que motivó a Bernal. Tras un estudio de mercado para ver si realmente existía una demanda de una solución alternativa, Bernal descubrió que el control de los niveles de azúcar en sangre es un procedimiento “doloroso, que requiere tiempo y atención y que es relativamente caro”.
Todos estos problemas son a los que pretende dar solución con GlucosAlarm. Su único requerimiento para el usuario es activarlo a través de la conexión Bluetooth de su teléfono móvil y orinar normalmente en el inodoro en el que está instalado.
La instalación está recomendada en el retrete que el usuario utilice más habitualmente, “pero sólo realizará la medición cuando se encuentre activo”, aclara su inventor. Una vez activado, una bomba aspira una pequeña muestra de la orina y la dirige al canal de medición. Ahí se mezcla con una mezcla de enzimas que reaccionan con la glucosa presente y producen un compuesto con color. Un sensor mide la intensidad de dicho color y así se calcula la concentración de glucosa. Los resultados obtenidos se comunican inmediatamente al móvil que activó el dispositivo y el aparato procede a su autolimpiado.
En estos momentos Bernal dispone de un prototipo de GlucosAlarm que está siendo acelerado en EEUU a través de un programa enfocado a conseguir la aprobación para realizar ensayos clínicos de la agencia estadounidense encargada de los medicamentos, la FDA, así como los fondos necesarios para la producción del modelo comercial.
Para el gerente general de Nuubo y miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 México 2015, Agustín Maciá, la trayectoria de Bernal demuestra “un alto grado de iniciativa innovadora, ingenio y alto potencial, con una visión práctica”. Para el experto, el desarrollo de GlucosAlarm supone una “clara de puesta en el mercado de una solución a una de la patologías de mayor impacto en nuestra sociedad”.