* Imposible contener el aumento en la movilidad
* Tendrán crédito micro y pequeños comerciantes, formales e informales
* Crisis en la construcción, por centralización y desatención
* Confima alcaldesa 200 mdp para pavimentación
Por Jesús Ruiz Gámez
Como se esperaba, la reactivación de actividades económicas a partIr de la “nueva normalidad” que inició este lunes, ocasionó el aumento de la movilidad poblacional, destacando el caso de Hermosillo, donde pasó del 58% al 71%, según lo informó el secretario de Salud Enrique Clausen.
Obviamente la preocupación de Clausen es que esa movilidad seguramente se reflejará en un aumento de contagios del virus causante del Covid-19, cuya profundidad, comenté ayer, conoceremos hasta dentro de unas semanas, cuando los nuevos contagios terminen su incubación y se reflejen síntomas en las personas afectadas.
Pero hay otra razón que necesariamente impulsa una parte del aumento de la movilidad y es el creciente desempleo en el estado, producto del cierre de cientos de empresas y el despido de miles de trabajadores.
Al respecto, los datos del IMSS arrojan que 191 empresas cerraron en el mes de abril en Sonora, de las cuales dos terceras partes son pequeñas empresas que empleaban de seis hasta 50 trabajadores.
Por su parte, el presidente de la Canacope en Hermosillo, Martín Zalazar Zazueta, estima que si no hay apoyos emergentes hasta un 40% de las pequeñas empresas no podrán sobrevivir a la crisis provocada por la pandemia.
La presidente de la Canirac, Sonia García, declaró que de los siete mil restaurantes que permanecen cerrados en Sonora por disposición oficial, quizás hasta dos mil no puedan reabrir sus puertas.
Las cifras del IMSS y las estimaciones de los dirigentes empresariales tratan de empleos formales, pero sabemos que hay miles más que son de pequeñas empresas familiares no registradas ante el fisco ni ante el Seguro Social, a los que se suman otros miles que trabajan individualmente en el comercio informal, muchos de los cuales también han entrado ya a la etapa de urgencia ante la carencia de ingresos.
Estamos entonces ante un panorama en que se podrían sumar grandes cantidades de desempleados a los miles que, una vez agotadas sus reservas familiares, se han empezado a mover en busca del sustento.
Así, estamos ante esta situación en que el regreso a las actividades industriales, sumado a la reactivación de quienes tienen que salir ya a buscar trabajo e ingreso, más los que simplemente ya cayeron en el hartazgo por el encierro, hacen prácticamente imposible contener el aumento en la movilidad.
No pinta bien así la “nueva normalidad”, pues todos ellos salen a la calle cuando el virus está más presente que nunca.
Y como dicen: Dios nos agarre confesados.
ANUNCIA PAVLOVICH MÁS APOYOS
Consciente de esta situación que planteamos en el comentario anterior, la gobernadora Pavlovich anunció ayer el Programa de Fomento al Autoempleo, con nuevos apoyos para micro y pequeños comerciantes, formales e informales, que se entregarán mientras dure la contingencia sanitaria por Covid-19.
La Mandataria justificó que, por las restricciones a la movilidad, uno de los sectores más afectados son los pequeños vendedores y emprendedores, porque después de más de dos meses de suspensión de actividades no esenciales se encuentran en verdaderos problemas económicos.
Para ellos se destina este nuevo programa fondeado con 25 millones de pesos, “dirigido a personas físicas con alguna actividad empresarial o comercial pertenecientes al sector formal e informal y prestadores de servicio que realicen una actividad económica identificada como autoempleo”.
Serán créditos muy blandos por 5 mil pesos, con facilidades de requisitos mínimos, sin análisis financiero, ni buró de crédito, ni garantías, con un periodo de gracia de 6 meses en el pago de capital.
Estos créditos estarán disponibles para los interesados en la plataforma del Fideson y sin duda serán un salvavidas para miles de jefes de familia que, en muchos casos, viven ya una situación desesperada.
CENTRALIZACIÓN Y CRISIS DE CONSTRUCTORES
Hace unos meses, en uno de los desayunos semanales del Grupo de Periodistas Contrapunto 10 nos acompañó el entonces recién elegido presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC Sonora), el reconocido empresario Alfonso Reyna Celaya.
El empresario había llegado a encabezar la CMIC en medio de una enorme contracción de la industria de la construcción en Sonora, luego de un año 2019 en que los esperados recursos federales jamás llegaron al Gobierno del Estado.
Reyna mostraba entonces una especial preocupación por los pequeños constructores que, en esa situación de obra pública muy escasa e inversión privada decreciente, eran los más vulnerables al no tener la capacidad de buscar contratos en otras entidades, como sí lo pueden hacer las constructoras más grandes.
Y ese panorama estaba ya presente cuando ni siquiera se podían dimensionar los efectos de la pandemia del coronavirus que, semanas después de ese encuentro, vino a paralizar la ya ralentizada economía nacional.
Explicaba entonces el ingeniero Reyna que tenía dos principales objetivos para apoyar a los pequeños y medianos constructores: uno era estar atento y coadyuvar en lo posible para que se reactivara la construcción de espacios escolares, pues las nuevas aulas, tejabanes y baños en las escuelas da trabajo a muchas micro empresas constructoras.
El otro objetivo era gestionar ante la Secretaría de Desarrollo Urbano y Territorial (Sedatu) que los concursos de las obras a ejecutarse en Sonora se hicieran en el estado, a fin de que empresas locales tuvieran oportunidad de licitar.
Durante 2019 sucedió que la Sedatu dedicó recursos a mejoramiento urbano solamente para los municipios de San Luis Río Colorado y Nogales, pero los concursos de esas obras se realizaron en la Ciudad de México, a donde difícilmente los constructores locales pueden desplazar personal para los diversos trámites.
El resultado fue que esas obras las ejecutaron empresas foráneas, muchas de las cuales al final de cuentas tuvieron que subcontratar a constructores locales, con el resultado de retrasos en la entrega de las construcciones.
Pero lo importante era que el grueso de esos recursos se quedaba en manos de empresas foráneas y eso es lo que Reyna Celaya quería cambiar con su gestión ante la Sedatu.
Al paso de los meses, resulta que ayer oigo al ingeniero Reyna repetir lo mismo en una entrevista con el periodista Juan Carlos Zúñiga, lo cual se entiende de cierta manera porque todo se paralizó con la llegada de la pandemia.
Lo que no entiendo es cómo una persona con el prestigio y reconocimiento nacional e internacional que se ha ganado el ingeniero Reyna, no ha podido abrir las puertas de la Sedatu para abogar por los constructores locales.
El ingeniero Reyna dijo que aún estaba pendiente de hablar con Román Meyer, titular de la Sedatu, para plantearle esa situación, lo que me deja la sensación de un funcionario federal desatento y al que poco le importa lo que sucede en Sonora.
Así las cosas y según lo declarado por el ingeniero Reyna Celaya, los constructores sonorenses han dejado de recibir los beneficios de la obra pública federal debido a esa política centralizadora revivida en el actual gobierno.
Y al parecer los perjuicios por esa política se ven agravados por la desatención, otra actitud propia de los olimpos burocráticos.
GESTIÓN DE LA ALCALDESA
Bueno, pues resulta que, apenas terminando de escribir lo anterior, recibo el comunicado en que la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas, anunció la confirmación de que la capital sonorense recibirá inversiones por 575 millones de pesos de recursos federales, de los cuales el Ayuntamiento contará con 200 millones para obras de pavimentación.
Lo mejor es que la Alcaldesa reveló haber llegado a un acuerdo para que esos 200 millones de pesos sean transferidos directamente al Ayuntamiento y se liciten entre constructoras locales.
Se trata de una excelente noticia pues vendría precisamente a convertirse en un salvavidas para el sector local de la construcción, además, claro, de un respiro para la administración municipal que urge remediar el mal estado de gran parte de las vialidades capitalinas.
Además, otros 240 millones de pesos serán invertidos en parques lineales y espacios deportivos en colonias populares que carecen de ese tipo de infraestructura urbana, mientras otros 60 millones se destinarán a vivienda para beneficiar a familias en condición de pobreza.
El resto de los recursos iría destinado a otras obras diversas en el área rural y urbana.
Excelente noticia, repito, la que confirmó la señora Alcaldesa.
Ahora falta esperar a que los recursos lleguen a la Tesorería y que sean aplicados antes de concluir este año.
