Por Jesús Ruiz Gámez
En México se anotó ayer el récord de más muertes y de contagios en lo que va de los registros de la pandemia de Covid-19, enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, al confirmarse 3 mil 455 casos y 501 decesos.
Con estos números en el país se suman 74 mil 560 pacientes atendidos, de los cuales han muerto 8 mil 134, esto según las cifras oficiales del gobierno federal que han sido puestas en duda por especialistas y organizaciones nacionales y extranjeras.
Así las cosas, el avance de la pandemia ha echado por tierra todos los pronósticos del gobierno de López Obrador, de quien recordamos cuando aseguraba que estos aciagos tiempos se iban a terminar alrededor del 19 de abril.
Igual recordamos cuando el vocero Hugo López-Gatell aseguraba que el pico de la pandemia se iba a registrar alrededor del día 8 de mayo y que el cálculo sobre la cifra de muertes totales se situaba entre 6 mil y 8 mil decesos.
Pues ni el pico ha llegado y López-Gatell ahora ha empezado a mencionar una nueva cifra probable de muertos que podría llegar a los 15 mil.
Así, la curva de la pandemia ni se ha aplanado ni domado, como asegura a cada rato el presidente de la manera más irresponsable, pues provoca que más gente abandone el aislamiento (de por sí poco nos falta a los mexicanos para soltarnos la greña), como tampoco se han cumplido los plazos marcados para regresar a la “nueva normalidad”.
Por si los errados pronósticos (o deliberados engaños, como piensan muchos) fueran poco, lo peor ha sido el doble discurso que provoca confusión, pues mientras López Obrador insiste en que ya vamos de salida, el ambiguo López-Gatell dice que sí pero no y que lo mejor es que los mexicanos sigan en sus casas hasta bien entrado el mes de junio.
Pero ayer López Obrador de plano se voló la barda, cuando en esta situación (que pone amplias regiones del país en el color rojo del semáforo ideado por su propio gobierno) anuncia que está por reiniciar sus giras de trabajo por varios estados.
Yo la verdad ignoro si esa decisión del Presidente es por ignorante o porque de plano “le quema” el sillón y el escritorio presidencial y ya se muere por regresar a ser adorado en los mítines, que es lo que más le gusta según él mismo ha confesado.
Se necesita ser muy testarudo, muy ignorante o muy irresponsable para que la cabeza política de un país provoque la movilización y reunión de grandes grupos de personas, como sucede alrededor de cada visita que el Presidente realiza a pueblos y ciudades.
En muchos sentidos, han sido el propio López Obrador y sus funcionarios, con su inicial desprecio por el riesgo de la pandemia y sus posteriores errores en los pronósticos, quienes han llevado el País a la situación actual, pero al parecer no han aprendido.
Y mientras aprenden o dejan de mentir, más mexicanos habrán de enfermar y morir… Escrito esto sin exagerar.
Y EN CAJEME, OTRO IRRESPONSABLE
En Sonora estamos a unos días de entrar a nuestra “nueva normalidad”, que a la mejor sí se convierte en “nueva mortalidad”, al reanudarse la movilidad poblacional que provocará el regreso paulatino a algunas actividades industriales.
Pero parece que hay unos gobernantes que tienen más prisa que otros, o de plano no tienen consciencia de lo que pueden provocar al hacer anuncios con notable ligereza, como es el caso del alcalde de Cajeme Sergio Pablo Mariscal.
Resulta que, si no hubo quien hiciera entender a ese Alcalde, hoy iniciaría en Ciudad Obregón una primera fase de reapertura de negocios, en un tiempo en que Cajeme está situado en tercer lugar en número de contagios, después de Hermosillo y San Luis, pero apenas entrando en la etapa de mayor número de casos.
Las consecuencias de reabrir un indeterminado número de negocios en la segunda ciudad con mayor número de habitantes del Estado, pueden ser realmente funestas y ojalá que no se cometa ese error.
Y vaya contraste, pues en tanto en Hermosillo vamos en una etapa más avanzada de la pandemia, por así decirlo, la alcaldesa Célida López Cárdenas sigue en su constante llamado a evitar el regreso a una mayor movilización de los ciudadanos.
Quizás valdría la pena que López Cárdenas tuviera una plática con Sergio Pablo Mariscal… Quizás de Morena a Moreno haya manera de que el alcalde cajemense entre en razón.
PIDE CPA EVITAR CONFUSIÓN
Siendo menos duro en el juicio, quizás el alcalde cajemense Sergio Pablo Mariscal sea víctima de esa confusión que propicia el gobierno federal y que ha sido sumamente señalada.
Al respecto, ayer la gobernadora Pavlovich informó su participación en la videoconferencia que permitió interactuar a los gobernadores adheridos a la Conago con funcionarios del gobierno federal.
En esa reunión virtual la Mandataria destacó que en Sonora se cuenta con uno de los menores índices de letalidad por Covid-19, pero a la vez los contagios siguen en aumento, por lo que es importante que los sonorenses no sólo atiendan las medidas de prevención, sino que reduzcan aún más su movilidad.
Sonora tiene actualmente un índice de letalidad del 7.6%, mientras que el nacional se ubicó en 10.7%.
Pavlovich fue enfática ante los funcionarios federales sobre la necesidad de que haya claridad en cuanto a cómo se dará la reactivación económica establecida por el Gobierno federal a partir del 1 de junio.
“Que los ciudadanos no tengan ninguna duda al respecto”, apuntó la Gobernadora, consciente del perjuicio que causa la confusión, más cuando en Sonora y, concretamente en Hermosillo, el pico de pandemia se registrará en las siguientes dos semanas.
Lo que se antoja absurdo, es la reiteración por parte de los funcionarios federales, de que el semáforo para la reactivación económica gradual será dictado por el gobierno federal.
Un semáforo que la mayor parte de los gobernadores no atiende, pues no coincide con la realidad que se enfrenta en los estados, como sucede en Sonora, donde según ese semáforo aquí ya podríamos circular en parques, restaurantes y cines.
Total que hizo bien la gobernadora Pavlovich en poner acento en la necesidad de que se informe con precisión a los ciudadanos, lo cual, volteando la tortilla, significa que dicha precisión no existe en este momento.
EL DIABLO EN EL CONGRESO
Escribí ayer que si el diablo no metía su cola, en el Congreso se aprobarían las reformas a la ley electoral, pero resultó que al parecer el Chamuco sí hizo de las suyas y el dictamen que habría de ser aprobado fue retirado del orden del día.
La razón más aceptada ayer es que le dieron tremendo apretón a los del Partido del Trabajo, cuyos líderes y diputados en Sonora habrían pasado de ser entusiastas promotores de la reforma a recular de manera bochornosa.
Así que ante la presunta reculada de los petistas, la reforma tendría que entrar en una nueva fase de negociaciones y a ver si es cierto que el jueves puede ser retomada en el pleno.
Así las cosas, los morenistas tuvieron ayer una victoria al lograr que se obligara a dar reversa a los petistas, cuyo vocero en Sonora, Ramón Flores, debió comer ayer grandes cantidades de camote.
¿Será una victoria parcial o momentánea de Morena?… Cuestión de horas para saberlo.
