El gobierno federal descartó la presencia de explosivos en el helicóptero que se desplomó el lunes pasado y que derivó en la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, y su esposo, el senador Rafael Moreno Valle.
Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, dijo que continúan con la indagatoria que permita llegar al conocimiento de la verdad de los hechos, con plena transparencia. “La Secretaria de Marina informó que, luego de una exhaustiva y minuciosa revisión, no se encontraron restos de explosivos o sustancias ajenas al combustible que hayan explosionado dentro de la aeronave”, señaló.
En conferencia, explicó que ya se recuperó la “unidad de adquisición de datos”, que graba segundo a segundo los parámetros de revoluciones del motor, temperatura, anuncios de advertencia y posición de la nave. Agregó que va a ser enviada para su lectura a las autoridades de la aviación civil de Canadá.
En tanto, Carlos Morán Moguel, subsecretario del transporte de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes, confirmó que el Consejo de Seguridad para el Transporte de Estados Unidos no participará en la indagatoria debido al conflicto que existe entre el Legislativo y Ejecutivo del vecino país. Sin embargo, para dar mayor certeza y certidumbre a la investigación, ya se busca que autoridades de seguridad en el transporte de Canadá y Europa acompañen la indagatoria.
Explicaron que, por lo pronto ya se procedió al levantamiento de ubicación y estado de los restos de la nave, y se hicieron mediciones del área de impacto y del radio de dispersión de los restos del aparato.
Morán Moguel dijo que se puede establecer que la nave impactó en tierra de forma invertida o de cabeza. “Posiblemente hayan impactado en una posición de alrededor de 60 grados”, apuntó.
Por la mañana, el secretario Durazo, el subsecretario Morán y el Subprocurador de la PGR, Roberto Ochoa, dijeron que a la investigación ya se sumó Said Torres, representantes de Augusta, fabricante de la nave, e Iván Graciano, de Pratt & Whitney, fabricante de los motores.
Apuntaron que aún no se conoce la grabación de la “caja negra” y advirtieron que, desde el momento del despegue, a las 14:34 horas del lunes, la torre de control no registró llamado de alerta por parte del piloto, Javier Coppe.
Morán Moguel señaló que en los primeros minutos de vuelo se perdió comunicación con la tripulación. “Hubo comunicaciones continuas por parte de torre de control, alrededor de nueve comunicaciones, sin respuesta”, detalló.
Agregó que tanto los pilotos como la nave, modelo 2011, contaban con las licencias vigentes.
El piloto Coppe Obregón tenía mil 92 horas de vuelo en naves de ala rotativa y una amplia experiencia como piloto de naves de ala fija. El capitán Marco Antonio Tavera tenía experiencia de 4 mil 677 horas de vuelo en naves de ala rotativa.
La nave, propiedad de la empresa Servicios Aéreos del Altiplano era utilizada como taxi aéreo y tenía certificado de aeronavegabilidad vigente con vencimiento en septiembre de 2020. “Tenía 2 mil 74 horas de vuelo… Era una aeronave que se encontraba con pocas horas de utilización, en buenas condiciones”, apuntó.
El secretario Durazo y el subsecretario Morán Moguel aseguraron que hay instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador de no escatimar esfuerzos ni recursos en la investigación. Aclararon que no hay un tiempo estimado para concluir la indagatoria y llamaron a no especular sobre las causas del accidente.