Diana Quiroz Casillas, joven coahuilense de 22 años, recién terminó sus estudios en Ingeniería en Mecatrónica en el Instituto Tecnológico de La Laguna (ITL) y en diciembre asistirá al Stockholm International Youth Science Seminar, durante la semana de los Premios Nobel en Suecia.
El año pasado, con el apoyo de su hermana Raquel y asesorada por su madre, la ingeniera química Sandra Casillas, Diana ganó la Expo Ciencias 2017 en La Paz, Baja California, con su proyecto “Aplicaciones regenerativas del grafeno”.
Diana y su hermana expusieron cómo el grafeno regenera heridas en la piel, quemaduras, cortadas y manchas, sin embargo, esta sustancia tiene muchos otros usos.
“Sirve para muchas cosas: es 300 veces más fuerte que el acero, conduce la electricidad 20 veces más que el oro o la plata, puede aguantar las radiaciones, no deja pasar nada excepto el agua; es muy flexible, es nanométrico, y por eso necesitas una mínima cantidad para lo que sea”, explicó la ingeniero.
Cuando Diana cursaba la preparatoria, ganó el concurso y una acreditación para la Expo Ciencias Nacional, que es un programa de la RED Nacional de Actividades Juveniles en Ciencia y Tecnología, reconocido por el Movimiento Internacional para el RECREO Científico y Técnico (MILSET).
Además, la Expo Ciencias es el evento nacional selectivo de las delegaciones mexicanas que participan en eventos internacionales a nivel mundial. De aquí obtuvo su pase para el Seminario del Premio Nobel.
La ingeniera ha desarrollado varios proyectos junto con su hermana, entre ellos, un aditivo fotovoltaico para pintura y barniz : “Es una fórmula que agregas a cualquier pintura y reduce energía eléctrica, pintas tu casa y produce energía, en lugar de los paneles caros y pesados”, dijo Diana.
También un “sistema de bloqueo de automóvil”: “Hicimos como plástico que quedó como la funda del volante del coche. Entonces te subías borracho y se medía el nivel de alcohol, en las manos cuando lo tocabas y cuando exhalabas, y si se sobrepasaba de la norma mexicana no te dejaba prender el coche. Además, mandaba un mensaje GPS con tu localización a un número previo para avisar dónde estabas”, indicó la investigadora. Con este proyecto ganaron y viajaron a Portugal.
Diana y sus compañeros del Instituto Tecnológico de la Laguna, comenzaron a trabajar con el grafeno, que tiene un costo de 150 dólares el gramo. Informó que en el 2004 fue descubierto teórica y oficialmente por un investigador del MIT, y después dos rusos descubrieron un método para sintetizarlo, pues sólo existía en la naturaleza.
Quiroz expuso que el grafeno “lo usaban para que las pantallas de los celulares se repararan solas”, después en República Checa lo emplearon en la farmacología, realizaron biopolímeros que se aplican sobre el hueso en caso de alguna fractura y que ofrezcan soporte y tejido para regenerar el hueso, y el año pasado “se descubrió que empieza a regenerar neuronas”.
La ingeniera en mecatrónica, será la única joven latinoamericana en el seminario para jóvenes del Premio Nobel, en el que presentará su investigación.
Comentó que las investigaciones que se presentarán en el Seminario del Premio Nobel son avaladas por la fundación Nobel, por importantes laboratorios y una universidad.
“Se siente emoción, voy a tener que comprarme vestido porque todo es de gala. Tengo emoción de conocer a otros participantes, a la gente de las empresas”, y agregó que dejará en alto a México con las buenas ideas.
Diana dijo que en su país “Hay obstáculos desde que las universidades no te dejan ni siquiera usar los laboratorios. Te dicen que está cerrado, que el encargado no está. Te niegan material por inventario, tienes que pedir permiso a muchas personas, hay mucha burocracia, mucha envidia también. Los mismos profesores se enojan y te ponen trabas”.
Mientras que en Estados Unidos, las empresas acuden a las universidades y éstas buscan a los chicos.