- DIFERENCIAS ENTRE EL PRI Y PALACIO
- IMPUNIDAD, PÉSIMO EJEMPLO DE LOS GOBIERNOS
Por Jesús Ruiz Gámez
Quizás no haya otro dato más representativo sobre la crisis que en Sonora enfrentan los medios de comunicación tradicionales que la puesta en venta del periódico El Imparcial.
Durante las últimas cuatro décadas El Imparcial fue, sin duda, el diario que concentró la mayor influencia política y social, lo que le acarreó en ciertos momentos una concentración del mercado que lo hizo también económicamente poderoso.
De hecho, sigue siendo el diario principal, sobre todo porque se edita en la capital del estado, pero ahora debilitado por una mayor competencia entre los propios medios tradicionales, sobre todo por los nuevos hábitos de consumo y las nuevas formas de mercadeo que ha traído el internet.
Dicen que la crisis de El Imparcial inició desde la salida de la dirección y de la empresa de José Santiago Healy, tras la cual se violó un principio celosamente guardado: no dejar que el dinero entrara a y por la Redacción.
Y, aunado a lo anterior, otro principio violado fue que los propietarios y directivos no se enredaran en complicidades de negocios con el poder en turno, lo que al final comprometió los valores sustantivos del ejercicio periodístico que en toda empresa del ramo pueden llegar a doblarse, pero nunca quebrarse.
Pero lo cierto es que El Imparcial no podía ser ajeno a la crisis que han venido enfrentando todos los medios impresos en el mundo, con todo y que sus dueños hayan sido ejemplares en su comportamiento ético y en la administración del negocio.
Con esto quiero decir que los posibles errores e intereses de los administradores de los periódicos, acaso solamente aceleran su inexorable deterioro como negocios.
Pero de vuelta al caso concreto de El Imparcial, la certeza de su puesta en venta es porque dos empresarios, de esos de fortuna gorda, me confirmaron hace meses la “oferta” que se les hizo llegar como posibles compradores.
Uno de ellos me dijo simplemente que nunca le interesó invertir en negocios de medios y el otro que eran “una locura” las pretensiones económicas de los dueños.
En ambos casos me dijeron que es un negocio que viene a menos desde hace muchos años y que el error de los propietarios de El Imparcial (y sus “hermanos menores” que son La Crónica de Mexicali y Frontera de Tijuana”) fue haberse esperado demasiado.
Ambos también pusieron en duda que en Sonora pudiesen encontrar hombres de negocios interesados en el diario y que quizás, como una lejana posibilidad, podría ser que lo adquiriera alguna de las grandes cadenas periodísticas del País.
Casi sentenciaron que la muerte de El Imparcial como diario impreso, cuando quiera que ocurra, será en las manos de la familia Healy y sus socios.
La muerte de un periódico de ninguna manera sería novedad en Sonora. En su momento murió El Sonorense y su sucedáneo El Independiente, así como otros más por muy diversas circunstancias.
Pero la eventual muerte de un diario como El Imparcial significaría mucho más, por todo lo que representa en la tradición de los medios sonorenses.
Ahora bien, el tema de esta columna no es si termina la historia como negocio de este gran diario, sino su puesta en venta, que sin duda es noticia y como tal, materia de análisis en el medio.
Si lograsen venderlo, tendrá sus consecuencias. Si no lo logran, igual y las tendría sobre todo para el gremio periodístico.
Concluyo el tema con el deseo de que este diario, y todos los demás en Sonora, goce de larga vida… Sea con los mismos dueños o con otros, porque chamba es chamba.
LAS DIFERENCIAS ENTRE EL PRI Y EL PALACIO
En este caso, al decir diferencias no se alude a un pleito, sino a un evidente desacuerdo que hay entre la dirigencia del PRI y algunos de los tomadores de decisiones políticas en el Palacio de Gobierno de Sonora.
Y no se trata de un diferendo soterrado, pues el propio dirigente estatal Ernesto “El Pato” De Lucas Hopkins lo ha dejado evidente en varias de sus declaraciones, dejando también a la vista que tiene un freno de mano puesto que no le agrada.
Se trata del choque entre dos visiones: la de El Pato, que se concibe como un partido de oposición ante Morena y el gobierno de López Obrador; y la visión de Palacio que se entiende como partido en el gobierno, pero igualmente con la obligación de cuidar las relaciones con la Federación.
El Pato piensa que el PRI debe ser combativo ante Morena y sus gobiernos y esa posición la comparten muchos priistas, mientras los priistas del Palacio creen que lo mejor es llevar la fiesta en paz, lo cual también comparten muchos en ese mismo partido.
Yo por mi parte pienso, sin ser priista, que pedirle a la gobernadora Pavlovich que se pelee con López Obrador, es como pedirle a este presidente que se pelee con el loco de Estados Unidos.
En ambos casos, para la Gobernadora y para el Presidente, serían de esos pleitos que ni ganados son buenos… En caso de que se pudieran ganar.
Pero El Pato al parecer cree que desde Palacio hacen ver al PRI como gallina, cuando el gallo de Morena ya se pasea por el estado preparando su terreno para el 2021.
Quién sabe dónde esté la razón, lo cierto es que en el PRI tienen un dirigente estatal incómodo.
EL PÉSIMO EJEMPLO QUE DAN LOS GOBIERNOS
Los gobiernos, desde el federal, los estatales y los municipales, están dando el peor de los ejemplos ante la población, al permitir la grosera impunidad con que grupos de muy diversos intereses lo mismo tomen carreteras, vías ferroviarias o dañan todo tipo de bienes públicos.
Ayer los grupos que se han apropiado de las banderas del feminismo para aplicar sus estrategias de violencia, nuevamente hicieron sus desmanes en la Ciudad de México y aquí en Sonora.
El edificio del Congreso del Estado otra vez fue seriamente dañado a la vista de todas las autoridades que, ante esos grupos, tienen miedo de verse “políticamente incorrectos”, como si esa ganancia estuviera por encima del la pérdida del respeto como autoridad.
Y como dicen que es el ejemplo el que arrastra, esta actitud de los gobiernos que regalan impunidad a los grupos violentos, lo único que traerá es que el mal tenderá a reproducirse.
¿Para qué recurrir a los cauces legales si lo efectivo puede ser la protesta violenta?
Dice la alteración de un conocido refrán: Cría cuervos… y tendrás un chingo más.