Un adolescente que había sido reportado como desaparecido desde hace dos años, fue encontrado por la policía de Recklinghausen (Colonia, Alemania) durante un operativo de revisión realizado dentro del departamento de un hombre señalado por posesión de pornografía infantil.
De acuerdo a lo indicado en el reporte de las autoridades que lograron el hallazgo, el operativo se dio el viernes pasado cuando, tras recibir una orden de cateo, inspeccionaron la vivienda del sospechoso de distribuir el material.
Durante el registro del domicilio de Lars H., de 44 años, los agentes abrieron por casualidad la puerta de un armario y encontraron al adolescente escondido, de quien destacaron, “los miraba con ojos asustados”.
Las autoridades descubrieron que el joven es Marvin K, un niño que había desaparecido el 11 de junio de 2017, a los 13 años.
El parte de los elementos que lograron el hallazgo, destaca que el menor no mostraba lesiones externas, además de que incluso se podía mover libremente, pues no estaba atado ni amordazado.
El 11 de junio de 2017, Marvin envió un mensaje de WhatsApp al centro para menores donde vivía desde la muerte de su padre para preguntar qué había para comer, tras lo cual no se supo nada de él, pues de la misma forma se perdió el rastro de su teléfono celular.
Tras encontrar al menor, éste fue entregado a su madre, a quien le dijo que estuvo encerrado durante los dos años de su desaparición.
“El hombre con el que fue hallado debe haberlo manipulado. Me vuelvo loca al pensar en eso todo el tiempo”, declaró la mujer de de 53 años, quien tuvo dificultades para reconocer físicamente a su hijo tras la larga separación.
El sospechoso de la distribución del material pornográfico, de 44 años, fue detenido el mismo viernes junto a su padre, que salió en libertad el mismo día.
Hasta el momento, la policía ha guardado en secreto cualquier información relacionada con algún tipo de abuso que pudo haber sufrido la víctima durante su cautiverio, así como por el contenido del material que fue incautado dentro del hogar.
Con información de El País
