Los cambios bruscos de temperatura son una de las causas más comunes de este padecimiento
La parálisis facial consiste en la perdida total o parcial del movimiento muscular de la cara que, si no se atiende en los primeros cinco días, puede ocasionar daños permanentes en la movilidad.
La jefa del Servicio de Neurología del Hospital General de México, Minerva López Ruiz, explica que al año se registran en promedio cuatro casos diarios tanto en hombres y mujeres, principalmente en el invierno y al terminar el verano, debido a los cambios de temperatura.
En estas épocas también presentan con mayor frecuencia las infecciones de garganta y oídos por bacterias, que inflaman los músculos que rodean al nervio. En el caso de virus, el del herpes es el más común en este tipo de afecciones.
En el caso de los hermosillenses, están especialmente propensos a sufrir algún tipo de parálisis facial porque en el verano es muy común pasar de sitios muy fríos por el aire acondicionado a las temperaturas exteriores que rondan los 40 grados.
Aunque lo cierto es que hay otras causas que también son comunes para este tipo de parálisis como: trauma por golpes, caídas, accidentes vehiculares, infecciones causadas por bacterias o virus que causan inflamación alrededor del nervio facial
Y en el caso de los bebés, la principal causa de la parálisis es por lesiones al nacer.
En todos esos casos se genera una inflamación que comprime al nervio facial y esto afecta la función de movilidad de los músculos de la cara.
Dicho nervio que parte de la base del cuello, se pega al cerebro y sale adelante del oído y al llegar a la cara tiene tres ramificaciones: una para el movimiento de los ojos, otra para el maxilar y una más para la mandíbula, que sirve para mover la frente, cerrar los ojos, gesticular, sonreír, mover los labios y la parte superficial del cuello.
“Una persona que sufre una afección de este tipo va a presentar alteraciones solamente motoras, no sensitivas porque no es un nervio sensitivo y van a tener incapacidad para levantar la ceja, cerrar el ojo total o parcialmente, mover bien los labios, se ve que la boca se va chueca generalmente al lado sano, al lado que jala”, indicó.
Mencionó que las parálisis inflamatorias infecciosas suelen ir asociadas de dolor atrás del oído, en la parte del cráneo o un poco de dolor en el cuello con dificultad para movilizarse, en las 24 o 48 horas antes de manifestarse plenamente.
Expresó que los pacientes empiezan a notar que no pueden mover bien la cara y que empieza a verse asimétrica (dispareja), siendo este uno de los momentos clave para acudir al médico.
Minerva López destacó que de no recibir atención médica en los primeros días, no sólo el tiempo de recuperación será mayor, sino también se corre el riesgo de una afectación permanente.
“El tratamiento debe de instalarse en los primeros cinco días, si en la primera semana de que se empieza no se inicia el tratamiento adecuado es una evolución natural, es decir, quedará paralizada la cara, no vamos a poder revertir o evitar que progrese”, dijo.
“La recuperación cuando se recibe atención oportuna va de tres a seis meses. Cuando se llega tarde al médico no hay antiinflamatorio que sirva y entonces la recuperación puede ser más larga y dependiendo de la severidad del daño es la mejoría que se logra”, subrayó.
Agregó que el tratamiento consiste en fármacos para desinflamar y en caso de ser causada por virus o bacteria se da tratamiento para atacarlos.
Después de las primeras semanas se empieza con terapias físicas de rehabilitación con ejercicios especiales en la cara, con masajes; a veces se pone calor local, rayos infrarrojos o ultrasonido tratando de que el nervio se recupere.
Por último, mencionó que hasta el momento no hay evidencia científica de que el estrés por sí solo cause parálisis facial periférica.
(Con información de Notimex)