SORPRENDE QUE MURILLO NO SE VA CON “EL BORREGO”
LA INDOLENCIA ANTE COVID, ‘COMO ANILLO AL DEDO’
Por Jesús Ruiz Gámez
Todos sabemos que, en el 2018, los sonorenses no votaron mayoritariamente por Morena, el PT o el PES, sino por la persona de López Obrador, que trascendía a esos partidos y sirvió para arropar al resto de las candidaturas de la coalición.
Pues para ganarle a Morena y sus aliados en el 2021, se necesita de la misma receta, oportunidad que pudiera estarse gestando en la figura de Ernesto “El Borrego” Gándara, a cuyo alrededor se ha conformado la Alianza ”Va por Sonora” del PRI-PAN-PRD.
De hecho, hace tiempo escribí en este espacio que la eventual candidatura de Ernesto Gándara debería ser el eje de un “movimiento” que sumara a los partidos, asociaciones políticas y otras de la sociedad civil, que busquen reencauzar el país y al estado.
Los líderes de la nueva alianza y el propio Ernesto Gándara así parecen haberlo entendido, pues en sus discursos hablan de ello, pero el reto será que lo sepan comunicar y evitar que la campaña se transforme en una guerra de siglas, como evidentemente le conviene a Morena y sus aliados.
Hay que recordar que las preferencias se han ido cerrando hasta casi estar en un empate técnico, por lo que la definición del ganador en junio próximo estará en manos de los sonorenses aún indecisos.
A estos sonorenses, que suman entre 15-20 por ciento, que sí piensan ir a las urnas pero aún no deciden por cuál opción, les debe llegar un mensaje claro de que la Alianza no es un nuevo amasiato de partidos que han elegido un candidato, sino que es la suma de muchas corrientes políticas y sociales alrededor de una persona que encarna los mejores deseos de la mayoría de los sonorenses.
“El Borrego” lo decía muy claro el sábado anterior, en su discurso de toma de protesta como candidato del PAN: los sonorenses simplemente quieren estar bien, estar mejor y lo que no quieren es que se les ofrezca una nueva “hoguera de vanidades entre buenos y malos”.
Quizás porque entiende que sí existe ese riesgo de no poder comunicar a los sonorenses los motivos y objetivos de la nueva alianza, es que Gándara citaba que, pese a más de un año de haber iniciado los contactos y de haber firmado ya los convenios, “no hemos llegado a lo que queremos, pero vamos bien”.
Es decir, “El Borrego” entiende bien que la integración de la alianza no es de ninguna manera el fin, sino apenas el principio de lo que puede ser.
SORPRENDE QUE MURILLO NO SE VA CON “EL BORREGO”
Como parte de los preparativos para la campaña, es de esperarse que algunos “borreguistas” que trabajan para el gobierno de Claudia Pavlovich, poco a poco se vayan reintegrando al equipo de Ernesto Gándara.
Y uno de los “borreguistas” más identificados es el actual secretario de la Contraloría, Miguel Ángel Murillo Aispuro, pero me sorprendió saber que no saldrá del equipo de la Gobernadora sino que, por lo contrario, en unas semanas se hará cargo de la Secretaría de Gobierno.
Murillo ocupará así, por segunda vez en su carrera, esa importante oficina y relevará allí a Miguel Pompa, quien presentará renuncia para estar en posibilidad de ser postulado en la primera posición plurinominal con vista a la próxima legislatura.
Por cierto, para estos días probablemente ya se haya separado de la subsecretaría de Ingresos otro “borreguista” de hueso colorado como es Luis Iribe Murrieta, a quien su jefe político le refrenda su confianza poniéndolo al frente del equipo de comunicación.
Sorprenderá a muchos si se confirma la nueva misión de Luis Iribe, pero él tiene el trato y la experiencia política y técnica para emular el buen trabajo en comunicación que, en otras campañas, han realizado personas que no estaban profesionalmente ligadas con el medio.
En fin, los equipos irán así agarrando forma, ya que serán parte sustancial en la innovación y operación que requerirás campañas inéditas como la que viviremos en este tiempo de la pandemia.
LA INDOLENCIA ANTE COVID, ‘COMO ANILLO AL DEDO’
Le comentaba la semana anterior sobre la encuesta de Massive Caller, en la que aparte de las preferencias electorales también se pidió a los ciudadanos que respondieran a la pregunta de “¿cuál cree usted que es el principal problema de México?”.
De inmediato pensé que, “naturalmente”, la respuesta más común sería que el principal problema es la salud, en el entendido de que todos estamos inmersos en los peligros que ofrece una pandemia fuera de control, con un creciente número de contagios y muertes que suele adjudicarse al errático y aberrante manejo del gobierno federal.
Y pues no, resulta que casi el 31% de las respuestas de los mexicanos ubican la inseguridad como el principal problema.
Luego, pensé que la pandemia estaría en segundo lugar y resulta que tampoco, pues éste lo ocupa “la corrupción”, con el 24%, seguido por “el desempleo y la pobreza” (economía) con 16% y es hasta el cuarto lugar que aparece el tema de la salud con casi 13%.
Lo primero que pensé es lo raro que somos y que seguramente habrán expertos que puedan explicar esta forma de pensar y sentir de los mexicanos, la que a su vez podría explicar las constantes muestras de valemadrismo en fiestas, bailes y otro tipo de pachangas que son un contagiadero.
Pero después el dato me vino a poner en claro que esta visión de los mexicanos sí le ha venido como anillo al dedo al gobierno de López Obrador, para mantener una narrativa de que todo está bien mientras evade el tema de la inseguridad.
Es decir, López Obrador simplemente juega con esta visión tan especial en torno a la pandemia, pero hay que recordar que a Peña Nieto no le funcionó la estrategia de tratar de minimizar la inseguridad, tema que junto con la corrupción lo llevaron a los peores niveles de impopularidad para un presidente.
Me pregunto entonces si a López Obrador sí le funcionará hacerse “pato” ante la extrema violencia y la evidente corrupción en su gobierno, o si al final de cuentas la realidad la cobrará la factura como a Peña Nieto.