Los riñones son de los órganos cuyo funcionamiento es vital para la salud del ser humano, ya que filtran los desechos y el exceso de agua de la sangre, lo que se vuelve orina; además que eliminan el ácido que producen las células y mantienen un equilibrio saludable de agua y sales en la sangre.
Sin este equilibrio que mantienen los riñones, es posible que los nervios, los músculos y otros tejidos en el cuerpo no funcionen normalmente y he ahí donde radica la importancia de mantenerlos siempre sanos.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados resalta que la mayoría de las enfermedades renales, que son causadas por problemas genéticos, lesiones o exceso de medicamentos, atacan los nefrones, lo que causa que los riñones no puedan eliminar desechos.
“La persona puede correr mayor riesgo de padecer una enfermedad renal si tiene diabetes, presión alta, enfermedad cardíaca o un familiar cercano con algún problema de los riñones”.
Las probabilidades de tener una enfermedad de los riñones aumentan con la edad y entre más tiempo se haya padecido de las enfermedades nombradas, hay mayor probabilidad de padecer un mal renal.
El catálogo de enfermedades renales puedes incluir cáncer, quistes, piedras o infecciones y para detectarlas se debe hacer pruebas de sangre y orina.
¿Cómo tener unos riñones sanos?
Primero que nada una alimentación saludable. El cuerpo necesita una alimentación balanceada y saludable, y esta debe tener frutas, verduras, proteínas, grasas y carbohidratos y se deben ingerir menos de 2.300 miligramos de sodio diarios.
Ejercitarse. Las nuevas directrices de la OMS recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
Mantener un buen peso. Se considera un peso saludable aquel que permite que la persona se mantenga en un buen estado de salud y calidad de vida. También se entiende como los valores de peso, dentro de los cuales no existe riesgo para la salud de la persona.
Dormir adecuadamente. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y ocho horas de sueño diarias.
No fumar. El tabaco suele ser el causante principal de cáncer en laringe, esófago, boca, pulmón, colon e hígado, entre otros.
Menos alcohol. Una bebida diaria si es mujer y dos bebidas diarias si es hombre.
Actividades antiestrés. Prácticas que involucran la mente y el cuerpo, tales como la meditación, el yoga o el taichí.
Control adecuado de la diabetes, la presión arterial alta y la enfermedad cardíaca.