Dos de cada tres italianos de los 60 millones que residenen 11 de las 20 regiones en Italia, deberán permanecer confinados hasta el 6 de abril en lo que se denomina “la zona roja” por el aumento de casos de COVID-19 ocasionados por la variante británica.
Un año después del primer confinamiento, las calles de Roma están de nuevo vacías, el silencio reina y solo pueden abrir algunas tiendas, entre ellas supermercados, lavanderías, farmacias, librerías y quioscos, mientras las escuelas y cafeterías han sido cerradas.
Unos 6,9 millones de estudiantes deberán estudiar a distancia, según los cálculos de la página internet Tuttoscuola (Todoescuela) y no se excluye que el número aumente en caso de que los contagios en las regiones en zona naranja (intermedia) aumenten y superen el índice semanal de 250 cada 100.000 habitantes.