Nueva York.- El sector manufacturero estadounidense se contrajo el mes pasado, según mostró una medida clave el martes, lo que aumentó los temores de que la guerra comercial con China pueda provocar una recesión.
La fabricación representa sólo el 11 por ciento del producto interno bruto del país, pero a menudo se considera un presagio económico. Las acciones cayeron en Wall Street después de la publicación del informe, del Institute for Supply Management, con el índice S&P 500 cerrando un 0,7 por ciento.
“Fue un informe bastante feo”, dijo Greg Daco, economista jefe de Estados Unidos en Oxford Economics. “Los vientos en contra que han estado golpeando a la economía global están llegando a las costas de Estados Unidos”.
El índice de fabricación del instituto estaba en 49.1 para agosto, por debajo de 51.2 en julio. Cualquier cosa por debajo de 50 se considera un signo de contracción. El índice se basa en una encuesta de gerentes de compras y suministros.
Los economistas esperaban que el índice mostrara una leve ganancia para agosto, haciendo que la caída sea aún más sorprendente y dejando el índice en su nivel más bajo desde enero de 2016.
Varios otros indicadores recientes han sugerido debilidad económica. En Wall Street, los rendimientos de los bonos a corto plazo ahora superan el rendimiento ofrecido por los pagarés a más largo plazo, una señal de que podría venir una recesión.
La encuesta del instituto es esencialmente una medida de confianza empresarial. La última cifra se hizo eco de una encuesta de la Universidad de Michigan publicada la semana pasada que mostró la mayor caída en la confianza del consumidor desde 2012.
La Reserva Federal ha tomado nota del debilitamiento económico. En julio, el banco central redujo su tasa de interés de referencia por primera vez en una década, y se espera que reduzca las tasas nuevamente cuando los responsables políticos se reúnan en dos semanas.
En un comunicado de prensa, el instituto citó a varios ejecutivos que atribuyeron su ansiedad a los aranceles impuestos a las importaciones chinas por la administración de Trump. El domingo, Estados Unidos impuso un nuevo arancel del 15 por ciento a miles de productos chinos, incluidos algunos alimentos y prendas de vestir.
“Si bien el negocio es fuerte, existe una corriente subterránea de miedo y alarma con respecto a las guerras comerciales y una posible recesión”, dijo un ejecutivo no identificado de una compañía de productos químicos. Un gerente de computadoras y productos electrónicos le dijo al instituto que “los aranceles siguen siendo una presión para la cadena de suministro y la economía en general”.
Los aranceles de la administración Trump han afectado a muchos propietarios de fábricas que dependen de proveedores extranjeros para componentes y materias primas. Y con Beijing imponiendo aranceles de represalia a los productos estadounidenses, muchos fabricantes que dependen de las ventas a China también sienten dolor. Todo esto hace que los fabricantes sean más vulnerables a las tensiones comerciales que las empresas de economía de servicios.
