*DURAZO Y LA GUARDIA ESTATAL
*¿Y CÓMO LE HARÁ MARÍA CARRASCO?
Por Jesús Ruiz Gámez
“Desconfían de policías de Cajeme”, fue el encabezado de una nota aparecida la semana anterior en la portada del diario Expreso, en la que se tomaron como base declaraciones del presidente municipal Javier Lamarque Cano.
En una apretada síntesis, Lamarque informó que sus policías municipales no tienen acceso a la central de radio del C5, a donde llegan los reportes de delitos de alto impacto, luego de conocerse denuncias de elementos de esa central de control y comando involucrados con el crimen organizado.
Como antecedente, en el mes de octubre se dio un “levantón” de una operadora del C5 que presuntamente colaboraba con un grupo de la delincuencia organizada, a raíz de lo cual la secretaria de Seguridad Pública del Estado, María Dolores del Rio, anunció que las evaluaciones de control y confianza previstas para el año 2022 serían adelantadas.
De Río dijo entonces que no solamente los policías y operadores deberían ser evaluados, sino hasta las personas de intendencia o “quienes sirven el café”, reflejando el grado de desconfianza que priva en la Secretaría de Seguridad sobre sus propias estructuras.
Al parecer, eso de sacar a los policías municipales de Cajeme de la central de radio del C5, se debe precisamente a esa desconfianza (o certeza) de que los elementos trabajen de la mano con grupos delincuenciales y por ello lo mejor es aislarlos de la información que se capta sobre situaciones de emergencia.
El caso es que se percibe en la secretaria Del Rio (entendiendo que en comunión con el gobernador Durazo) la convicción de que no mucho se avanzará en el restablecimiento de la seguridad pública si no se empieza por detectar y luego separar a los elementos que cobran al gobierno por sus servicios pero en realidad trabajan para el crimen.
Ignoro si los anteriores gobernadores y sus secretarios de Seguridad Pública quisieron y no pudieron desarticular esas redes de complicidades, o si de plano todo fue pura simulación y la complicidad penetraba hasta el propio Palacio de Gobierno.
El caso es que el gobierno de Durazo, como los anteriores, “duerme con el enemigo” y mientras eso no se cambie no habrá esperanza de recuperar las vastas zonas rurales y urbanas de la entidad donde se impone la ley de los criminales y no la del Estado.
Esperemos pues que se deje atrás la simulación y se anulen las complicidades.
DURAZO Y LA GUARDIA ESTATAL
Por cierto, la mala noticia es que el gobierno del doctor Durazo no tendrá el dinero necesario para llevar a cabo su plan de crear en Sonora su propia “Guardia de Seguridad” o “Guardia estatal”, en lo que parece un proyecto espejo de la Guardia Nacional organizada por él mismo como Secretario de Seguridad del gobierno federal.
En sus primeras horas como Gobernador, Durazo declaró: “Vamos a hacer lo que hicimos para construir la Guardia Nacional, ajustarle el cinturón al gobierno, evitar el gasto superfluo y destinar todos los ahorros al tema de la seguridad, y así vamos a cumplir con este objetivo que el primer año costará alrededor de 800 millones de pesos”.
Dijo además que esa “Guardia de Seguridad” supliría a la actual Policía Estatal con presencia en los 72 municipios y que, tres días después, el 17 de septiembre, sería presentada a todos los nuevos presidentes municipales, lo cual no ocurrió.
El caso es que, ante la reducción del presupuesto de Sonora para el 2022, el Gobernador ya se dijo consciente de que su plan tardará más de lo pensado para concretar y en el ínter espera que se haga realidad que el presidente López Obrador envíe mil elementos más de la Guardia Nacional.
Lo bueno es que el Gobernador dijo también que no cejará en el empeño, pues Sonora necesita de crear nuevas instituciones en materia de Seguridad Pública, obviamente porque está ya convencido de que lo que se tiene no pudo contener la expansión de los grupos criminales y de hecho está más que rebasado.
Lo malo es que quién sabe cómo y hasta cuándo se le podrá dar vuelta a la tortilla.
¿Y CÓMO LE HARÁ MARÍA CARRASCO?
Hace unos días anduvo en Hermosillo la directora general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) Teresa Reyes Sahagún, de quien fue anfitrión el gobernador Alfonso Durazo y por supuesto también la directora general del Instituto Sonorense de Educación para los Adultos (ISEA), María Carrasco Valenzuela.
Pues resulta que ante estas damas y público presente, el Gobernador dijo:
“En Sonora, afortunadamente el analfabetismo no es un problema tan grave como en otros estados. Pero esto no significa que no tengamos que trabajar. Hay, como en todos lados, mucho por hacer y lo vamos a hacer juntos. Estamos haciendo el compromiso de dejar en ceros, nada de analfabetismo en el estado para mediados del próximo año…
“… Esto implica capacitar y movilizar, crear un grupo de jóvenes que nos ayuden en esta tarea de alfabetización en el estado. Yo estoy seguro de que sumando esfuerzos como lo estamos acordando aquí, lo vamos a conseguir”.
Para dar una idea del reto que Alfonso Durazo le puso a la señora María Carrasco, le cuento que en Sonora hay, más menos, un 2% de la población mayor de 15 años analfabeta (unas 60 mil personas), aunque obviamente la gran mayoría son adultos mayores.
Pero ese porcentaje era más o menos del 4% en los años 80’s, lo cual quiere decir que en casi cuatro décadas solamente se redujo apenas a la mitad el índice de analfabetismo entre la población sonorense.
Así que en el próximo mes de julio del 2022, todo el país y el mundo será testigo de la hazaña de eliminar por completo el analfabetismo en Sonora, lo cual será de reconocerse y aplaudirse.
O bien, en ese mes escucharemos las explicaciones o justificaciones de parte de la señora María Carrasco para no haber cumplido el compromiso hecho por el gobernador Alfonso Durazo.
¿Usted qué cree que pasará?
