La constante revisión de las redes sociales, en especial Facebook, puede afectar nuestro estado de ánimo de acuerdo con un estudio hecho por el Instituto de Investigación de la Felicidad de Dinamarca.
Para llegar a esa conclusión, hicieron un experimento con mil 95 personas. A la mitad de ellas le pidieron no usar Facebook; la otra mitad siguió con su actividad normal.
El 94 por ciento de los que participaron en el estudio declararon visitar la red social como parte de su rutina diaria; 86 por ciento dijo obtener las noticias directamente de Facebook y el 69 por ciento dijo que preferían publicar fotos de las experiencias que tenían.
Luego de la semana sin Facebook, el grupo que no usó la plataforma declaró sentirse mucho más satisfecho con su vida, más feliz y menos solo, pues el haber dejado la red social les hizo enriquecer su vida social.
El 55 por ciento de aquellos que siguieron utilizando Facebook de manera cotidiana reportaron que era común sentirse estresados y el 33 por ciento dijo sentirse deprimido.
El objetivo del estudio, según los investigadores, es demostrar cómo “el constante flujo de nuestras vidas editadas distorsiona la percepción de la realidad”.
Uno de los resultados que refuerza esta hipótesis establece que 5 de cada 10 personas envidia las experiencias que sus amigos publican en Facebook; 1 de cada 3 siente celos de lo feliz que se les ve en las fotos y 4 de cada 10 envidia el “aparente éxito” que otros tienen en Facebook.
“En vez de concentrarnos en lo que realmente necesitamos, tenemos una desafortunada tendencia de centrarnos en lo que la otra gente tiene”, se lee en el estudio.
A principios de noviembre, un grupo de investigadores de la Universidad de California concluyó que el uso moderado de Facebook podría estar asociado con una mayor esperanza de vida.
De acuerdo con la investigación, el hecho que los usuarios acepten solicitudes de amistad equivale a establecer vínculos sociales y el uso de la red social desemboca en relaciones personales que trascienden el mundo virtual.
