Por Jesús Ruiz Gámez
Ya les he platicado mi convicción de que las encuestas, a esta altura de las campañas, de ninguna manera indican cómo será el final de la contienda.
De hecho, al arrancar la actual campaña por la gubernatura todas las encuestas deban una ventaja de cinco a 10 puntos a Alfonso Durazo sobre Ernesto Gándara, pero, a menos de dos meses, los resultados de esas mismas encuestadoras marcan que ya hay un empate.
Falta ver si en esta segunda parte de la campaña se confirma la tendencia de crecimiento de “El Borrego” y si continúa estancada la campaña de Durazo, o si el candidato de Morena corrige errores y hace los cambios en su equipo que hagan reflotar el barco.
Al final de cuentas, las encuestas son precisamente para eso, para tomar decisiones sobre lo que se debe corregir, localizar las acciones que han dado mejores frutos y maximizarlas.
Ayer se conoció la encuesta de El Universal estableciendo que hay un empate entre ambos punteros, lo cual parece que causó algo de pánico en las filas morenistas, pues reaccionaron con descalificaciones, cuando semanas antes esa misma casa editorial publicó otra encuesta en que daba a Durazo ventaja de más de 10 puntos y la festejaron.
Como que hace falta en Morena un liderazgo que infunda confianza y tranquilidad en sus filas, para evitar ese tipo de reacciones tan contrastantes que sólo hacen suponer que han perdido el confort de la ventaja y han entrado a la zona de alarma por el ritmo de la campaña.
Se supone que, como un primer ajuste necesario en el equipo de Durazo, hace más de un mes debió llegar el ex secretario de Hacienda de Baja California, Rodolfo Castro Valdés, quien renunció a ese puesto para hacerse cargo de la planeación de la campaña, la cual para ese momento ya sumaba sus primeros 20 días.
Castro fue presentando como especialista en temas de innovación y de mejora organizacional, por lo que debía corregir el desorden entre elementos no alineados en los objetivos de la campaña, pero un mes después al parecer no ha habido los resultados esperados.
Las encuestas parecen dictar la necesidad de ajustes en la estrategia y quizás de nuevos cambios en el equipo de Durazo, de cara a esta segunda pate de la campaña.
Quizás en los próximos días se vean esos ajustes, pero antes Durazo debe tranquilizar a su tropa y poner orden en el partido que luce así: partido en pedazos por la inconformidad de los grupos internos.
Durazo tienen aún lo más valioso: tiempo.
EL SPOT MÁS CHAFA DEL 2021
Si usted es de los que pensaba que no podía haber algo más espantoso que el logotipo para el Aeropuerto Felipe Ángeles (Santa Lucía) presentado por el gobierno de López Obrador, es porque seguramente no ha visto el reciente video promocional de la campaña del candidato de Morena a la gubernatura de Sonora, Alfonso Durazo.
El logotipo del aeropuerto es tan ridículamente chafa, que luego de la andanada de críticas y burlas en las redes sociales, en el gobierno federal se decidió solicitar la anulación de su registro ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial y convocar, ahora sí, a diseñadores gráficos para un nuevo logo, ofreciendo de premio al ganador un viaje a China.
Yo, al igual que la mayoría de ustedes, sé muy poco sobre el desarrollo de ideas, guiones, grabación y edición que requiere la realización de un spot, pero no hacen falta dos dedos de frente para entender que es tan especializado ese trabajo que debe ponerse en manos de expertos y con éxitos ya probados.
Pues el video de marras tiene como idea central que la elección del 6 de junio servirá para enterrar de una vez y ya por todas al PAN, PRI, PRD y MC, para lo cual solamente se requiere votar por Morena y su candidato Alfonso Durazo.
Pues a alguien se le ocurrió que la “story” del video debería desarrollarse en un panteón, donde se ve a una hermosa niña rubia –como digna descendiente de los pueblos originarios de Sonora que Durazo dice conocer como nadie—que coloca una flor sobre la supuesta tumba del “Prian”.
Pero mejor vea en esta misma columna el dichoso spot y seguramente coincidirá usted en que la edición de imágenes y la musicalización son una verdadera pena, que seguramente quedaría en el último lugar de un concurso de primaria para recrear algo sobre los célebres Locos Adams.
En verdad me niego a creer que haya sido el propio Alfonso Durazo quien aprobó semejante aberración.
LA REACCIÓN DE CAROLINA LARA
Ayer comenté que se debería evitar la invitación a los debates por la gubernatura y alcaldías a los candidatos con preferencias que no alcanzan ni el 2%, porque no tienen la menor probabilidad de ganar y por tanto su presencia solamente sirve para quitar espacio y tiempo a la exposición de ideas y confrontación de quienes van punteros en las encuestas.
Sobre ese comentario recibí ayer un reclamo de la dirigente estatal del partido Fuerza por México, Carolina Lara, aunque en realidad expresó su molestia solo porque ubiqué como parte de la “chiquillada” a esos partidos y candidatos que parecen destinados a un debut y despedida porque los votos no les alcanzarán ni para conservar el registro local.
El texto que me envió la dirigente estatal es el siguiente:
“Con mucho respeto pero llamarle ‘chiquillada’ a una candidata es totalmente ofensivo, estás demeritando el trabajo legítimo que están realizando personas que representan precisamente lo que busca la sociedad: ¡una opción diferente!”
Al respecto solo me queda reconocer la actitud de Carolina de abogar por el esfuerzo de su candidata Rosario Robles, aunque con todo respeto le aclaro que el término de “chiquillada” no es propio sino la forma en que los propios políticos y analistas han calificado desde hace décadas a los partidos que usualmente están destinados a nacer y desaparecer rápidamente.
Podría revirar que lo que sí es ofensivo para la sociedad es que en ese tipo de partidos ahora recojan el cascajo que deshecha Morena, que a su vez ya era cascajo de otros partidos, pero mejor allí la dejamos.
Suerte a la señora Rosario y a Carolina.