La tragedia se desarrolló cuando Irán notificó que estaba evaluando 13 escenarios para represalias
Al menos 50 personas murieron y 213 resultaron heridas este martes en una estampida en el funeral de Qassem Soleimani, el comandante iraní muerto en un ataque con drones de Estados Unidos la semana pasada, por lo que el entierro se pospuso indefinidamente.
Según informes de la televisora estatal, la tragedia se desarrolló en la ciudad natal de Soleimani, Kerman, cuando Irán notificó que estaba evaluando 13 escenarios para represalias.
Anteriormente, el líder de la Guardia Revolucionaria Iraní amenazó con “prender fuego” a lugares con apoyo de Estados Unidos como represalia del ataque estadounidense de la semana pasada, provocando gritos entre la multitud de “¡Muerte a Israel!”.
Hossein Salami hizo esas declaraciones ante miles de personas reunidas en la plaza central de Kerman.
Los actos fúnebres suponen un homenaje sin precedentes en el país para un hombre al que los iraníes consideraban un héroe nacional por su labor en la Fuerza Quds, el cuerpo expedicionario de la Guardia Revolucionaria.
Soleimani también lideró tropas en la larga guerra en Siria en apoyo del presidente, Bashar Assad, y era el contacto de Damasco con grupos aliados de Irán en países como Irak, Líbano y Yemen.
Su asesinato ya llevó a Teherán a abandonar las restricciones que aún quedaban del acuerdo nuclear de 2015 firmado con potencias extranjeras. El sucesor de Soleimani y otras personas destacadas prometieron venganza.
En Bagdad, el parlamento pidió la expulsión de todas las tropas estadounidenses de territorio iraquí, algo que los analistas temen podría permitir un resurgir de ISIS.
En declaraciones en Kerman, Salami elogió las hazañas de Soleimani y anunció que como mártir, suponía una amenaza aún mayor para los enemigos de Irán.