Ícono del sitio La Hoja

Cayeron en media competencia, pero su actitud también merece una medalla

 

 

El martes se vivió en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 una de las historias que revelan el espíritu que debe prevalecer en cualquier competencia, donde ganar sí es muy importante pero no lo más valioso.

En la prueba de los 5.000 metros femeninos la atleta neozelandesa Nikki Hamblin cayó debido a una dolorosa lesión. Desafortunadamente para la estadounidense Abbey D’Agostino, quien iba justo detrás, no pudo esquivarla y también cayó, golpeándose duramente en el suelo.

Obviamente esto las dejó fuera de la competencia, lo que no evitó un gesto de solidaridad. Tras retorcerse de dolor por algunos segundos, D’Agostino se puso de pie y ayudó a hacer lo mismo a Hamblin y ambas, abrazadas, trataron de llegar a la meta pese al intenso dolor.

En premio recibieron el aplauso general y estruendoso de todo el estadio olímpico que se puso de pie para felicitar la noble acción de ambas.  La estadounidense debió ser retirada en silla de ruedas producto de su lesión, pero antes, se llevó un fuerte abrazo y un beso de la neozelandesa.

Finalmente, los jueces de Rio decidieron clasificarlas a la final, felicitando la solidaridad que despertó en ellas, poniéndola como ejemplo para el resto.

 

 

Salir de la versión móvil