En un hecho inédito, en Celaya, Guanajuato no se encontraban tortillerías abiertas y el crimen organizado es el responsable.
“La gente andaba buscando dónde ir a comprar, están cerrados muchos negocios. Es muy lamentable, muy triste, nunca se había llegado a estos extremos tan fuertes”, expresó el sacerdote Fernando Arellano, de la Parroquia de San José, en la colonia Las Flores.
Los industriales de la masa y la tortilla acordaron cerrar sus negocios por tres días, del sábado al lunes pasados, en protesta por las extorsiones de las que son objeto por parte de grupos criminales. Sin embargo, este martes continuaron con las cortinas abajo. El miedo creció el lunes tras el asesinato de la dueña de la tortillería La Indita y de sus dos empleadas.
Tortilleros optaron por no hablar. Tampoco lo hicieron los abarroteros, muchos de los cuales también cerraron.
“Todos tenemos miedo, ¿quién le gana a las balas?”, dijo un vendedor de tacos.