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Cinco de cada diez mexicanas nunca han sentido un orgasmo

El 30 % de las mujeres latinoamericanas nunca o casi nunca han tenido un orgasmo, lo cual, a decir de expertas, responde a factores como la represión de la sexualidad femenina y la falta de información al respecto.

En el marco del Día Mundial del orgasmo femenino que se celebra este 8 de agosto, Verónica Maza, escritora y educadora en sexualidad, señaló que en las mujeres ha persistido una cultura de represión sexual, lo que ha impedido que disfruten a plenitud.

Un estudio realizado en Chile hace unos años reveló que el 80 % de las entrevistadas nunca habían mirado su propia vagina, mientras en Brasil una investigación realizada por la Universidad de Piauí descubrió que apenas el 28,7 % de las mujeres de la región llegan al clímax en sus relaciones sexuales.

En México, de acuerdo con un estudio del Instituto Mexicano de Sexología (Inmesex), solo el 43 % de las mexicanas ha experimentado un orgasmo.

La anorgasmia femenina, definida como incapacidad para experimentar un orgasmo, constituye una de las disfunciones sexuales más comunes, según Paulina Millán, sicóloga y directora de investigación del Inmesex, quien aseveró que ese padecimiento afecta al 40 % de la mujeres mexicanas de zonas urbanas y esta cifra podría duplicarse en las zonas rurales.

Ideas preconcebidas

El orgasmo femenino ha sido poco estudiado y además han predominado ideas de que la sexualidad de las mujeres debe ser “recatada y pasiva”, lo que ha derivado en disfunción y en una idea preconcebida de que el placer no es para la mujer.

“Estas ideas de que las mujeres no deben expresarse eróticamente de que deben ser cautas, prudentes, reservadas y su objetivo único parece ser la procreación y todo lo que salga de este esquema es algo malo, se ha perpetuado y ha generado una proliferación de la anorgasmia”, afirma.

Esta falta de atención a la salud sexual y el desconocimiento del cuerpo también facilitan que la anorgasmia sea un problema ignorado, casi oculto.

Millán aseguró que es común que las mujeres que acuden a consulta ginecológica por algún otro problema refieran tener disfunciones sexuales, pero sólo cuando tienen algún cuadro infeccioso o tumoral.

La especialista considera que muchos de los problemas que viven las mujeres se debe a esa cultura que ha puesto al sexo como algo sucio o malo para ellas.

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