Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur ha descubierto que el consumo regular de té que podría reducir a la mitad el riesgo de deterioro cognitivo en los adultos mayores, especialmente para aquellos con riesgo genético de la enfermedad de Alzheimer.
Para este último estudio, los expertos trataron de determinar si podría haber una relación entre beber té y el deterioro cognitivo dados los efectos positivos de esta bebida en nuestro organismo. Así, recopilaron datos de 957 adultos chinos de 55 años o más con un seguimiento de información que arrancó en 2003 y culminó en 2010. Entre los datos solicitados a los participantes se incluía la cantidad de té que bebían, la frecuencia del consumo de té, y el tipo de té que consumían.
Cada 2 años los voluntarios se sometieron a evaluaciones estandarizadas para analizar su función cognitiva. Hubo 72 nuevos casos de trastornos neurocognitivos entre 2006 y 2010. En comparación con los adultos que rara vez bebían té, los que consumían té regularmente tenían un 50% menos de riesgo de deterioro cognitivo como mínimo.
Entre los adultos que poseían el gen APOE e4 -asociado a un mayor riesgo de alzhéimer-, beber té suponía tener un 86% menos de riesgo de deterioro cognitivo. Estos hallazgos se mantuvieron después de eliminar numerosos factores de confusión, como la presencia de otras condiciones médicas, la actividad física y otros factores de estilo de vida.
Los beneficios cognitivos venían determinados por el consumo de té elaborado a partir de hojas de té, como el té verde, el té negro y el té oolong.
Aunque el estudio se llevó a cabo en adultos chinos, los investigadores afirman que sus hallazgos pueden aplicarse a otras poblaciones, y podían tener implicaciones significativas para la prevención de la demencia.
“El té es una de las bebidas más consumidas del mundo. Los datos de nuestro estudio sugieren que un estilo de vida sencillo y barato como beber té cada día puede reducir el riesgo de desarrollar trastornos neurocognitivos en la vejez”, explica Feng Lei, líder del trabajo.
El estudio ha sido publicado en la revista The Journal of Nutrition, Health & Aging.
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