*¿TRAERÁ LÓPEZ OBRADOR LOS 500 MILLONES?
*OTRA MUESTRA DEL VALEMADRISMO BUROCRÁTICO
*EL MISMO HEDOR DE LA CORRUPCIÓN
Por Jesús Ruiz Gámez
Pues ya rindió protesta ante su nueva jefa, la fiscal General de Justicia Claudia Indira Contreras Córdova, el nuevo Fiscal Especial para Delitos Electorales del Estado de Sonora, Daniel Núñez.
Como ya lo comentamos, Núñez asume el cargo luego de que la fiscal Contreras le propinó sonoro patadón al anterior titular de esa fiscalía especial, el nunca bien amado dentro del priismo, el ex panista Pedro Pablo Chirinos Benítez.
El currículum del nuevo fiscal especial, que incluye su reciente experiencia como consejo electoral, exhibe un perfil y trayectoria para desempeñar el nuevo cargo, peeeeero, Chirinos tenía lo suyo y eso no le evitó ser señalado en el propio Congreso del Estado como un “fiscal de trapo”.
A Chirinos le endilgaron ese mote de “fiscal de trapo”, simplemente porque no dio resultados, pero en su descargo diré que desde su nombramiento yo auguré que sería un fracaso porque en realidad le dieron una chamba, el acceso a la nómina, pero sin presupuesto ni oficina ni personal.
Ya repetí en su momento también que la flamante nueva fiscalía (encabezada por Chirinos) tendría como sede la cajuela del carro del nuevo fiscal y así ocurrió hasta que le prestaron un rinconcito en la Fiscalía Anticorrupción, donde siempre estuvo en calidad de arrimado, de esos que a los tres días apestan según el refrán.
Si Núñez asume esa fiscalía especial en las mismas condiciones, es muy probable que no sólo haya relevado a Chirinos en el cargo, sino que también herede su lamentable remoquete.
Veremos.
¿TRAERÁ LÓPEZ OBRADOR LOS 500 MILLONES?
Por allá en Ciudad Obregón dicen estar esperanzados en que el presidente López Obrador les dé la buena nueva de que llevará mañana consigo el cheque de los 500 millones de pesos prometidos para que le den una mano de gato al desastroso estado de las vialidades, cuando menos.
Como saben, López Obrador llega hoy en la tarde a Sonora, primeramente a Álamos y ya mañana estará en Cajeme para un diálogo con los yaquis, aunque antes encabezará la llamada “Mesa por la seguridad y la paz” en la que se espera (de esperanza) que ponga en su lugar a quienes no pueden con el paquete o de plano se hacen patos.
Pero de vuelta al asunto de los 500 millones de pesos, agregaría que en Hermosillo estamos igual, esperando a que se cumpla la “palabra de honor” de López Obrador de que la capital tendría esa misma cantidad que, con ansias y todavía con esperanza, anhela la alcaldesa Celida López Cárdenas.
Por supuesto que por allá en Ciudad Obregón para nada esperan que su presidente municipal, Sergio Pablo Mariscal, se atreva a recordar a López Obrador su promesa, ya que como siervo de la 4T jamás importunaría de esa manera “al señor”.
Así que, si los cajemenses quieren saber de boca del Presidente qué ondas con ese dinero, tendrían que buscar otro interlocutor que le refresque la memoria.
En lo que toca a la capital, hace 10 días la alcaldesa López Cárdenas todavía estaba sentada (es un decir) a la espera de que la Secretaría de Hacienda bajara a la Sedatu los 500 millones.
De esa cantidad, unos 200 millones manejaría de manera directa el Ayuntamiento para mejorar las vialidades y el resto los aplicaría esa dependencia federal en otras obras públicas.
Yo, la verdad, tengo la sospecha de que ese dinero ya se lo chupó la bruja, pues sí es muy probable que la palabra del presidente haya sucumbido a los draconianos recortes que él mismo ordenó a todas las dependencias.
Si en las dependencias no hay ni para papel sanitario ni agua, se dice, ¿quedarán por allí todavía los millonarios recursos para estas obras?
A riesgo de que me tachen de pesimista, yo creo que esa partida ya no existe.
Pero también sé que un Presidente tiene el poder para hacer que ese dinero y más aparezca nuevamente.
Ojalá.
OTRA MUESTRA DEL VALEMADRISMO BUROCRÁTICO
Por cierto, a propósito de la gira por Sonora de López Obrador, la agenda citaba que hoy por la tarde estaría en Álamos para supervisar (oooooootra vez) las obas de la presa Pilares, pero tal vez ni se puede parar por allí.
Resulta que ayer, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), suspendieron las operaciones de prueba que ya se realizan en esa obra, porque en su ejecución se habrían afectado al menos 10 sitios arqueológicos y quizás por arriba de 30 más.
Lo que da risa, porque ya ni modo de llorar con lo acostumbrados que estamos, es la falta de coordinación en el gobierno federal.
Primero porque parece que los del INAH ni siquiera estaban enterados de que el Presidente llegará a esta obra, pues nada les costaba esperarse un día para tronar esa bomba.
Segundo, porque esa obra debió ser parada desde hace mucho, pues los funcionarios del INAH aseguran que desde el 2013 habían informado a la Conagua, que dirige Blanca Jiménez Cisneros, de la existencia de los sitios arqueológicos, pero a ambas instancias federales el asunto les valió un soberano cacahuate ¡durante siete años!
Ahora bien, ya fuera de la anécdota que quedará en el amplísimo historial de valemadrismo en los gobiernos, habrá que esperar cuál es la solución a un daño al patrimonio cultural que aparentemente ya está hecho y no tiene solución.
¿Qué hará el INAH? ¿Denunciará a los funcionarios que les valió sorbete el aviso del daño que podían ocasionar? ¿Habrá sanciones? ¿O les llegará el mismo “pajarito” a sugerirles que se hagan de la vista gorda como se han hecho ante el hallazgo de los antiquísimos restos de mamuts en el sitio de las obra del nuevo aeropuerto de Santa Lucía?
¿Usted qué cree?
EL MISMO HEDOR DE LA CORRUPCIÓN
Quienes conocen algo del Instituto Mexicano para la Competitividad, saben que desde anteriores gobiernos han pugnado porque las adquisiciones públicas se hagan de manera transparente, con información accesible sobre los precios y cantidades, y con acceso en tiempo real a todos los datos.
Uno esperaría que ante la vigilancia que hacen organizaciones ciudadanas como el IMCO y otras, habría en la burocracia cierto decoro para ejercer el poder de compra, más cuando en la 4T se han ufanado de ser muuuuuuy diferentes.
Pero resulta que el IMCO acaba de publicar, hace unos días, varias perlas sobre cómo se ha ejercido el presupuesto en el sector Salud, especialmente para hacer frente a estos tiempos aciagos de la pandemia por el nuevo coronavirus.
Ahí les van unas cuantas:
1.- Resulta que a pesar de la emergencia mundial, el IMSS y el ISSSTE han gastado 28 mil millones de pesos menos que en el mismo lapso del 2019, lo cual resulta criminal en tiempos en que más inversión pública se necesitan en medicamentos y equipos para hacer frente a la pandemia.
2.- El gobierno de la 4T anunció la desaparición del Seguro Popular y la creación del INSABI, con lo cual se acabaría la opacidad y el supuesto manoteo de multimillonarios recursos, pero resulta que los expertos del IMCO reportan que ¡es imposible rastrear sus compras!
3.- El IMCO recuerda que el primer caso confirmado de COVID-19 en México se dio el 28 de febrero, pero ha encontrado que las primeras compras de insumos se hicieron a mediados de marzo. “¿Estábamos preparados para la pandemia?”, se preguntan… Y yo agregaría que ese retraso en la reacción es claro ejemplo de cómo el gobierno de López Obrador minimizó los efectos del coronavirus y aquí estamos ya con más de 100 mil mexicanos muertos (de acuerdo a los números no oficiales)
4.- López Obrador inició una especie de amasiato con las fuerzas armadas, justificado bajo el argumento de que los militares son mucho más honestos, sin embargo el IMCO reporta que “la SEDENA compró medicamentos, mediante adjudicación directa, a una ¡agencia de viajes! ¿Empresas todólogas?
5.- Encontraron un documento que acompaña una compra de “gases medicinales” por parte de la Secretaría de Marina, para el Centro Médico Naval, que se titula: “Volver a empezar: ejercicios prácticos de estimulación cognitiva para enfermos de Alzheimer”… Es decir, ni al caso con la pandemia del coronavirus.
7.- El ISSSTE pagó 6 veces más por monitores de signos vitales, frente a lo que pagó el IMSS… El Seguro Social pagó 98 mil pesos por cada uno de esos aparatos, mientras que en el ISSSTE los compraron ¡a 550 mil pesos!… ¿Se los comprarían al hijo de Manuel Bartlett?
Y ya no le sigo. Da coraje que siga el mismo cochinero, que traerá a México nuevas comaladas de politicos ricos.
