Todo comenzó cuando Janabai Sakharkar, de 75 años, asegura que su hijastro enseñó palabrotas e insultos a Hariyal (el loro) para que se los recitara cada vez que pasa junto a su ventana, comentaron autoridades locales.
Pese a que la India es un país que siente especial cariño y otorga una particular protección a los animales, Hariyal no pudo rehuir a la autoridad.
Según un inspector, la señora su el hijastro, gran amigo del dueño de Hariyal, mantenían rencillas personales por problemas con una propiedad pudo evitar que el ave fuera llamado a testificar.
Le pedimos al vecino que viniera con el loro y le dijimos a la señora que hablara con él para ver si era verdad que la insultaba”, explicó Dongre al narrar el careo entre acusadora y acusado. Después de 15 minutos increpándole, el silencio con que el loro capeó el temporal acabó desmontando la acusación de la demandante.
Medios locales señalan que ante la evidencia, Dongre le pidió al vecino que se llevara al perico pero el hombre, víctima de la presión del momento, optó por tomar una drástica decisión. “Dijo que era mejor que dejáramos libre al loro, porque si no la mujer seguiría creando molestias innecesarias y quejas y le íbamos a estar llamando a la comisaría una y otra vez”, indicó el inspector de policía, al señalar que el hombre le reconoció que no quería ninguna complicación.
A Hariyal le mostraron la puerta de la calle, pero este, según narró el policía, no voló y se quedó junto a su dueño. “Es una mascota”, indicó el policía subrayando la obvia condición del pájaro. Ante esa situación, la Policía se vio en la obligación de llevar el asunto ante las autoridades competentes y entregarles al inocente acusado, ya convertido en repudiado excompañero doméstico. “Tuvimos que llamar a los guardias forestales y dárselo a ellos para que se lo quedaran”, indicó.