Roberto Sánchez Ramírez, El Fugas, presume de ser diferente a todos los delincuentes y superior a cualquier autoridad, por lo que advierte que volverá a fugarse.
Así se lo confesó a la vicepresidenta de la Comisión Especial de Reclusorios de la Asamblea Legislativa, Rebeca Peralta, quien lo visitó en un hospital de Tepepan antes de ser trasladado, la semana pasada, al penal federal El Altiplano.
Sobre las cuatro fugas que tiene en su historial –pese a que en la última se escapó con Agustín Miranda Orozco– afirma que las planeó solo, sin complicidad, siempre le “ganó” a la buena a las autoridades.
Dos días antes de ser trasladado al penal de máxima seguridad, El Fugas tuvo el encuentro con la legisladora local. “Siempre se muestra muy educado, dice que no es igual al resto de los internos, que es diferente, que es una persona culta.
En general siempre muestra una actitud idílica y soberbia; de superioridad total incluso sobre las mismas autoridades. Dice que no se preocupa, porque se volverá a escapar, aunque esté en un penal federal”, dijo sorprendida la diputada local.
El Fugas se encontraba en la Torre Médica del penal femenil de Tepepan, donde fue operado y también le injertaron tornillos de metal en el tobillo y talón, esto debido a las lesiones que sufrió por un disparo cuando se enfrentó a policías de investigación durante su recaptura.
En la habitación donde tuvo la conversación con Peralta, quien acudió a una visita para verificar que se le resguardara lo suficiente para no facilitar otra evasión, platicó que en los próximos años piensa escribir un libro y que sus principales lectores serán presos. El tema principal será una serie de estrategias para escaparse de prisión.
Peralta escuchó parte de la vida de Sánchez Ramírez, quien dijo sentirse orgulloso de pertenecer a una familia donde su árbol genealógico se dedicó al secuestro. Aseguró que el futuro no cambiará, pues incluso su hijo, de 22 años, ya pagó una condena de cinco por plagio.
Ve al secuestro como un modo de vida común. El sufrimiento humano le parece algo normal. Dice que desde sus abuelos se dio cuenta que su familia se dedicaba al secuestro; lo toma de manera orgullosa como la ‘profesión’ de la familia’”, expuso la diputada.
Antes de ser trasladado, El Fugas opinó que no debe ser juzgado con dureza, pues cada ocasión que se evadió lo hizo de una manera sutil, lo que, según él, debe ser considerado como una habilidad mental y no un delito.