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“El Mencho”, en la mira de la justicia estadounidense

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El Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha sido el de más rápido crecimiento tanto en México como Estados Unidos. Tanto así que, desde el otoño pasado, decenas de operadores del narcotraficante Nemesio Oseguera Cervantes, alias ‘El Mencho’, han enfrentado la justicia en el vecino país.

No se trata de golpes contundentes contra “una de las cinco organizaciones criminales más peligrosas del mundo”, según un agente de la DEA; sin embargo, el gobierno desarticuló células en California, Texas y Virginia que transportaban armas y droga de costa a costa.

El operativo más reciente puso tras las rejas a seis miembros de un grupo ligado al CJNG que tenía su propio nombre, ‘Poseidón’ o ‘Tritón’. Su líder era Blas Rodríguez Ávila, un mexicano indocumentado de 28 años que le pagó entre 2,000 y 5,000 dólares a parejas anglosajonas y a mujeres para transportar varios kilos de cocaína entre California, Texas y Virginia. De esa manera, sus cargamentos ocultos en autos particulares no fueron detectados por la policía por un tiempo.

La suerte se le acabó en marzo de 2017, cuando un agente encubierto de la DEA comenzó a comprarle droga a la novia de Rodríguez Ávila en las calles de Virginia, donde operaba su grupo. En un principio, solo lo identificaron por sus apodos (‘Flaco’, ‘Kiko’ y ‘Rengo’), por su característica física de cojear, por un rancho que tenía en West Virginia y por ser el contacto con un distribuidor de droga en California.

Al seguirle la pista, la DEA confirmó que se trataba del último eslabón del poderoso cartel tapatío.

El “Mencho”, en la mira

La Fiscalía federal estadounidense puso la mirilla en el cartel de ‘El Mencho’ en octubre, cuando anunció que había diseñado una estrategia para cortar sus tentáculos, que llegan a las calles de California y Nueva York, pero también a lugares tan lejanos como Asia y Australia. Como parte de esa estrategia se interpusieron 15 acusaciones contra sus líderes, incluyendo Oseguera Cervantes y su hijo ‘El Menchito’.

Además, la dependencia creó una línea directa para recibir información relacionada contra estos narcos y elevó a 10 millones la recompensa que ofrece por el jefe del CJNG.

Esta organización, acusada de traer múltiples toneladas de cocaína, metanfetamina y heroína mezclada con fentanilo a EEUU, ahora está en la misma lista que el cartel de Sinaloa, la pandilla MS-13 y el grupo terrorista Hezbollah.

Dos meses después de estas acciones, el gobierno le asestó el zarpazo más duro a este cartel en EEUU, arrestando a 13 personas acusadas de conspirar para distribuir metanfetamina, cocaína y heroína en un período de casi cinco años -a partir de marzo de 2014- en Dallas y otras ciudades del norte de Texas.

Esta operación que encabezó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) concluyó el pasado 11 de diciembre con el arresto de estos sospechosos y el registro de varias casas, una de las cuales está frente a una escuela primaria. Se incautaron droga, ocho armas de fuego y $24,800 en efectivo.

Algunos acusados también tenían vínculos con el cartel de los Zetas. Los investigadores creen que su jerarquía “evolucionó” con el paso del tiempo en esa violenta organización y en el CJNG.

“Parte del dinero por la venta y la distribución de la droga se utilizó para comprar más droga, mientras que el dinero de otra droga se enviaba a México”, señala la Fiscalía en un comunicado.

Estos narcos enfrentan una condena de hasta 40 años en prisión y una multa de $5 millones.

Blanqueando dinero con autos
Mientras continúa su lucha a muerte contra pistoleros del cartel de Sinaloa en Tijuana, la organización de ‘El Mencho’ convirtió a Texas en uno de sus principales centros de distribución.

En las áreas de Dallas y Desoto operaba una célula del CJNG encabezada por Marco Antonio González. A finales de 2017, él y siete cómplices fueron citados en una acusación por conspirar para traficar miles de kilos de metanfetamina durante al menos un año. Este grupo instaló varios laboratorios en casas clandestinas en dicha región para la recristalización de la droga.

“También utilizaron un negocio automotriz para almacenar grandes cantidades de narcóticos y las ganancias por la venta de droga se usaron para comprar autos en un esfuerzo por ocultar la fuente de esos fondos”, señala el Departamento de Justicia.

Al ejecutar varias órdenes de cateo el 31 de agosto de 2017, la policía decomisó casi 750 kilos de metanfetamina en forma líquida valorada hasta en siete millones, así como cocaína y heroína.

“Redes de traficantes como esta son responsables de alimentar las principales drogas peligrosas en el norte de Texas, incluidas la metanfetamina y la heroína”, dijo sobre este caso el fiscal John Parker.

El brazo de ‘El Mencho’ en California

En California también se ha visto la expansión de ese cartel y, de acuerdo con informes de la DEA, ya ha desplazado a sus enemigos sinaloenses.

En el otoño de 2016 concluyó una pesquisa del sheriff del condado de Los Ángeles (LASD) con el arresto de cuatro personas en Oxnard. Tenían un poderoso arsenal, en el cual había ocho rifles de asalto y uno calibre 50, capaz de derribar un helicóptero. Su plan era entregar las armas a los sicarios de ‘El Mencho’.

En tanto, dos acusaciones interpuestas en una corte federal en San Diego señalan a dos líderes del CJNG. Serían responsables de pasar múltiples cargamentos de narcóticos a través de la frontera entre México y California. Se trata de Juan Pérez Vargas, alias ‘Piolín’, y de Rafael Flores Hernández, apodado ‘El Tío’.

‘Piolín’ fue arrestado el 20 de septiembre de 2017 en Guadalajara y está a la espera de ser extraditado. Desde una fecha desconocida y hasta el día de su detención, él dirigió una conspiración para importar cocaína, metanfetamina, heroína y marihuana al sur de California, según documentos judiciales.

Flores Hernández es un pez gordo del crimen organizado. Tiene 66 años y pertenece a la vieja guardia del narco. El Departamento del Tesoro lo cataloga como un capo de alto calibre y puso en su lista negra a 21 socios y 42 empresas y otras entidades afiliadas a su célula criminal que opera en Guadalajara.

Su nombre se hizo famoso cuando vincularon al futbolista Rafael Márquez y al cantante Julión Álvarez en esa red de lavado de dinero.

El gobierno alega que este narco “ha traficado cantidades significativas de drogas, principalmente cocaína, a Estados Unidos y que se involucrado en estas actividades desde finales de la década de 1970”. Llevaba más de 30 años operando desde Colombia, Perú y Ecuador, hasta su arresto en julio de 2017.

Su efectiva sociedad con el cartel de ‘El Mencho’ y el de Sinaloa le permitió acumular “una gran riqueza”, que invirtió en una extensa red de negocios e inmuebles en Jalisco, afirma la Fiscalía.

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