Todo empezó cuando Ingrid le dijo a su dupla en saltos ornamentales, Giovanna Pedrosa, que se fuera de la habitación que ambas compartían por quería “tener sexo con Pedro”. Giovanna se negó ya que competían al día siguiente y, según dicen, Ingrid la echó de la habitación “a golpes”.
Pedrosa y De Oliveira ganaron una medalla de plata en salto sincronizado durante los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015, pero desde allí, la relación entre las atletas comenzó a ser tirante y llegaron a los Juegos de Río casi sin hablarse.
Sus diferencias y el ‘maratón de sexo’ de Ingrid provocaron llevaron a las atletas a realizar una pésima actuación en el salto de trampolín. Eran candidatas a una medalla y terminaron en último lugar, lo que indignó a las autoridades brasileñas.
Giovanna informó de la indisciplina de su compañera al Comité Olímpico de Brasil, que tras el último puesto de la pareja en su prueba procedió a expulsar a Ingrid de Oliveira por falta grave.
Las brasileñas han decidido no volver a competir juntas. Pero si Giovanna Pedrosa sigue siendo parte de la expedición canariña, Ingrid de Oliveira tendrá que hacer méritos con la delegación brasileña para participar las próximas competiciones internacionales.