Estados Unidos tiene “evidencia significativa” pero no “certeza” de que el coronavirus se propagó desde un laboratorio en Wuhan, China, según dijo hoy el jefe de la diplomacia estadunidense, Mike Pompeo, renovando su acusación ampliamente rechazada sobre el origen de la pandemia.
El gobierno de Donald Trump insiste en acusar a Pekín de haber ocultado el alcance de la enfermedad cuando apareció en Wuhan a finales de 2019, y aumenta cada vez más sus sospechas a un posible accidente de laboratorio en el Instituto de Virología de la ciudad china.
Sin embargo, en las últimas semanas se han realizado declaraciones contradictorias sobre el tema:
- El jueves pasado, el presidente Trump dijo que tenía pruebas de que el brote prevenía del laboratorio, mientras que en paralelo Pompeo dijo que no sabía si era el caso.
- El domingo, el secretario de Estado finalmente comentó que había “una enorme cantidad de pruebas de que es allí donde comenzó”, pero no presentó públicamente ninguna evidencia.
- Por su parte, la inteligencia estadounidense informó que no podía establecer si la pandemia era “el resultado de un accidente de laboratorio en Wuhan”.
- Y el epidemiólogo que asesora a la Casa Blanca, Anthony Fauci, dijo que creía que el virus había “evolucionado en la naturaleza” y luego cruzó “las barreras de las especies”.