Los estudiantes obtuvieron también una mención especial por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) por “su innovación social”
Las ferias de ciencias a nivel medio y medio superior en México hasta hace poco no eran muy acostumbradas en las instituciones públicas de todo el país, esto ha cambiado en los últimos años gracias a nuevas oportunidades con concursos regionales y nacionales que fomentan la participación de los jóvenes e incentivan el desarrollo de proyectos en todos los ámbitos de la ciencia.
Por ello, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la empresa Intel organizaron la primera Feria Nacional de Ciencias e Ingenierías (Fenaci), en donde estudiantes de todas las entidades del país participaron, primero a nivel regional y después nacional. Todo ello para lograr seleccionar a los jóvenes que representarían a México en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería (ISEF, por sus siglas en inglés), realizada del 8 al 13 de mayo en Phoenix, Arizona.
En la competencia internacional organizada por la Society for Science & the Public (SSP) e Intel participaron 28 estudiantes mexicanos de 12 estados de la república. Sus proyectos comprendieron áreas del conocimiento como medicina, salud, ciencias naturales, medio ambiente y ciencias exactas.
En esta ocasión, uno de los 12 equipos mexicanos fue premiado con el cuarto lugar en la categoría de Ciencias de la Tierra y Ambientales, fue el equipo conformado por los estudiantes José Carlos Hernández García y Aylin Díaz Alamilla, representantes del estado de Hidalgo, en específico del Colegio de Bachilleres Plantel Actopan; los jóvenes mexicanos de tan solo 17 años se hicieron acreedores al reconocimiento internacional, además de recibir un premio en efectivo.
Con su proyecto denominado Polymers to Care for the Environment lograron la generación de bioplástico para la elaboración de plantillas ortopédicas hechas a partir de la semilla del aguacate. Los estudiantes, acompañados por su asesor, el ingeniero Freddy Hernández, obtuvieron también una mención especial por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) por “su innovación social”.
“Los reconocimientos obtenidos nos hacen pensar en lo importante que es materializarlo para colocarlo al servicio de la sociedad, este premio nos hace comprometernos más con la finalidad para la cual el proyecto fue diseñado”, expresó José Carlos Hernández.
El director de Vinculación del Conacyt, Martín Winocur, afirmó que es importante este tipo de iniciativas para empezar a fomentar la investigación científica y el desarrollo de proyectos desde la edad escolar.
“El interés de Conacyt es adoptar el evento que ya se había venido realizando a nivel estatal, y hacerlo a nivel nacional. Es un evento muy importante porque contribuye a la feria de ciencias más grande del mundo que se hace en Estados Unidos, en esta ocasión en Phoenix, Arizona”, expresó el directivo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.
También comentó que esta competencia fue una gran oportunidad para los jóvenes de acercarse al método científico y a diferentes formas de trabajo que fomentan la retroalimentación para mejorar, ya que participaron más de 70 países y se registraron más de mil 500 proyectos.
Silvia Madai Aguilar Pérez, representante del estado de Puebla en el concurso internacional y ganadora del segundo lugar nacional en la categoría de Ingeniería Ambiental, comentó que ha sido un proceso de evaluación a diferentes niveles que duró más de un año para finalmente ser seleccionada para representar a México a nivel internacional.
La alumna del Instituto Tecnológico Superior de San Martín Texmelucan (ITSSMT), perteneciente el Tecnológico Nacional de México, explicó que el proyecto que desarrolló consiste en un calentador solar de polímeros. “Este proyecto tiene su razón por la gran cantidad de elementos de plástico que hay en nuestro entorno, todo eso lo reutilizamos para hacer un calentador solar factible para la comunidad. Por lo que es una opción muy barata para la comunidad de San Martín Texmelucan”, aseguró Madai Pérez.
(Por Hugo Valencia Juliao/Agencia Conacyt)
