El gravamen a las bebidas azucaradas redujo su consumo entre la población en seis por ciento en un año, ello evitaría que 400 mil personas desarrollen la diabetes para 2050, sostuvo Ricardo Uauy, profesor del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile.
Si el impuesto ha logrado disminuir el consumo de ese tipo se debidas “estoy en favor” de que se mantenga, indicó e también presidente de la Fundación Internacional de Nutrición Schrimshaw para países en desarrollo.
Los especialistas participantes en el curso de actualización: Prevención y Tratamiento de la Obesidad en el Curso de Vida, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), precisaron que la medida era necesaria debido a la pretensión del sector a seguir obteniendo grandes ganancias económicas.
Ello, a partir de “engordar” a la población, en especial a los niños, ello, “es una mala idea y una mala inversión”, tanto para ellos –que como obesos enfrentarán problemas de salud– como para el Estado, que gastará después en curar a los enfermos de diversos padecimientos, sobre todo de diabetes.
Por ello, indicó en un comunicado, es necesario poner la atención “en los alimentos que estamos consumiendo y no en cómo reparar la salud, una vez que el daño ya ocurrió”.
Casi 70 por ciento de los mexicanos adultos tiene sobrepeso u obesidad y lo mismo ocurre con uno de cada tres niños en el país, sostuvo a su vez Juan Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública.
Las consecuencias de esa situación se relacionan con diabetes mellitus tipo 2, trastornos del aparato locomotor –osteoartritis– enfermedades cardiovasculares –cardiopatía y accidente cerebrovascular principalmente– y varios tipos de cáncer.
El especialista sostuvo que entre los factores que causan obesidad se identifican los estilos de vida sedentarios y el consumo de alimentos ultraprocesados con alta densidad energética –muchas calorías por gramo– y de bebidas azucaradas, sobre las cuales hay suficiente evidencia de que ocasionan obesidad.
En cuanto a la bebidas de este este tipo citó estudios que han mostrado que el consumo habitual de dichas bebidas aumenta el riesgo de diabetes en 26 por ciento, “es decir, hay un efecto en obesidad, pero también en diabetes”.
Debido a que son líquidas “no llevan a la compensación dietética, es decir, no son reconocidas por nuestros mecanismos de saciedad y apetito por lo que acaban siendo calorías extra durante el día”.
Ello lleva a la ganancia de peso, resistencia a insulina y, por tanto, a diabetes y problemas de inflamación, hipertensión, adiposidad visceral, síndrome metabólico y riesgo de enfermedad cardiovascular. La fructuosa produce hiperglucemia y gota.
El gran problema es el elevado consumo en el país, ya que 75 por ciento del total de las calorías que ingieren los mexicanos es proveído por los grupos de alimentos básicos: granos, leguminosas y oleaginosas, leche y derivados, alimentos de origen animal, frutas y verduras, aceites y grasas.
El otro 25 por ciento lo aportan los “alimentos discrecionales”, conocidos como comida chatarra, del cual 13 por ciento proviene de las bebidas azucaradas y el alcohol, y el resto de los alimentos energéticamente densos, pero pobres en nutrientes y en general altos en azúcares y grasas saturadas no indispensables.