*EN OBREGÓN, EJEMPLO DEL FRACASO
*ALICIA ARELLANO, DESCANSA EN PAZ
Por Jesús Ruiz Gámez
Entre los apuntes que suelo guardar recuperé una respuesta de Alfonso Durazo Montaño a un entrevistador del diario Reforma por allá en el mes de noviembre del año pasado.
Entre el tira-tira de la entrevista, el periodista le preguntó: “¿Y si pierdes (la gubernatura de Sonora) qué pasa?”.
La respuesta de Durazo fue:
“Es una hipótesis francamente descabellada. No está en el escenario, afortunadamente están las condiciones dadas para ganar, no digo que fácil porque sería arrogante, pero las encuestas dan una ventaja, a mí en lo personal de 10 o 12 puntos, a Morena de 15 puntos y al Presidente de 20 puntos.”
Entonces pensé que era una respuesta rara y no por la evidente arrogancia, sino porque el propio Durazo reconocía que las preferencias sobre su persona estaban por debajo de la marca de su partido, caso contrario a lo que sucede con su rival Ernesto Gándara, cuya imagen personal es la que terminaba arrastrando hacia arriba al PRI.
Pero el punto del comentario es que la “hipótesis francamente descabellada” de la que hablaba Durazo se ha venido transformando en una realidad que le es cada vez más adversa, según se ve en las más recientes encuestas que, a decir de los expertos, a estas alturas de la campaña ya empiezan a mostrar tendencias rumbo a la elección del próximo 6 de junio.
Las encuestas que en Sonora hacen ver la desaparición o acortamiento de la ventaja de Durazo, son coincidentes con lo que sucede con Morena en los otros 14 estados donde están en juego las gubernaturas.
En los tiempos en que Durazo se sentía tan seguro de su triunfo, efectivamente a Morena se le auguraba la victoria de sus candidatos en al menos 12 de las 15 gubernaturas y, a la fecha, los analistas consideran que tal vez no alcance a ganar ni la mitad.
Ahora bien, la situación de Durazo y su campaña está lejos de ser un desastre, pues de hecho, si hoy fuera la elección muy probablemente ganaría, aunque con reducido margen.
El problema para Durazo es que el próximo fin de semana iniciarán las campañas por las presidencias municipales y las diputaciones locales, y no hay ni por asomo la posibilidad de que en las 10 o 12 principales ciudades (y sus respectivos distritos) se repitan los márgenes de victoria que se dieron a los candidatos de Morena en el 2018, cobijados por el arrastre del presidente López Obrador.
De hecho, lo más probable es que Morena pierda varios de los principales municipios, luego de los desastrosos gobiernos municipales que ejercieron sus alcaldes.
Así pues, la segunda parte de la campaña se anticipa como un mejor escenario para Ernesto Gándara y con la probabilidad de que Durazo vea minado su proyecto por las malas cuentas que los alcaldes de Morena rinden en la mayoría de los ayuntamientos.
¡Ah! La moraleja es que, así como se dice que la confianza mata al hombre, igual la confianza parece estar matando a Morena y a sus candidatos.
EN OBREGÓN, EJEMPLO DEL FRACASO
Precisamente como ejemplo de los impresentables resultados de los gobiernos municipales de Morena, ayer leí que Ciudad Obregón ocupó, en el 2020, el horroroso cuarto lugar entre las 50 ciudades más violentas del mundo con poblaciones superiores a los 300 mil habitantes.
Allá en Ciudad Obregón se juntan al menos tres situaciones que pondrán en serio riesgo la continuidad de Morena en ese gobierno municipal:
1.- Que es el mejor ejemplo del fracaso de la militarización de las policías municipales en cinco de las principales ciudades del estado, anunciada y operada hace dos años por el entonces secretario de Seguridad Pública del País, Alfonso Durazo.
2.- Que el alcalde Sergio Pablo Mariscal, quien se comprometió al inicio de su (des) gobierno a acabar con la inseguridad en un mes, resultó un verdadero fiasco al ejercer un mandato plagado de corrupción, ineficiencia y frivolidad.
3.- Que allí Morena dio otro de esos inexplicables premios al fracaso y al oportunismo que tan indignado tiene a un sector de su militancia, pues si bien a Mariscal se le negó la ocurrencia de buscar la reelección o dejar en el cargo a su esposa Margarita Vélez De la Rocha, en cambio se impuso a esta última como primera en la lista de las diputaciones plurinominales de Morena.
Podría enumerar muchos más ejemplos de por qué Sergio Pablo Mariscal fracasó como alcalde y de cómo el partido Morena falló en contener sus excesos, pero solo esos tres bastarían para entender por qué en Cajeme se pondrá en riesgo el proyecto de Alfonso Durazo.
ALICIA ARELLANO, DESCANSA EN PAZ
Doña Alicia tuvo una vida plena: exitosa en su pasión por la política, lo fue también en la siembra y cosecha de grandes afectos que, desde el pasado domingo, se transformaron en pesares por su fallecimiento.
Por supuesto que fue igualmente exitosa en la empresa familiar, pues junto a don Miguel Pavlovich crió a Alicia y Claudia como dos mujeres que, tanto en lo personal como en lo profesional, la hicieron sentirse muy orgullosa.
Yo estoy seguro de que algún día cuajará la idea de establecer una Rotonda de los Sonorenses Ilustres y en ella doña Alicia deberá estar como primera entre las mujeres.
Debo decir que en un tiempo de mi carrera como periodista, tuve el honor de ser invitado por doña Alicia a su casa simplemente para compartir un café y charlar sobre el acontecer local.
Yo le agradezco, en esta despedida, esa deferencia que me dio la oportunidad de conocer y sentir a una gran política, pero sobre todo a una gran Dama.
Descanse en paz.