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Manipuló industria estudios sobre el azúcar para minimizar sus riesgos

 

Documentos históricos publicados hace poco en Estados Unidos revelan una estrategia que bien podría calificarse de perversa por parte de la industria azucarera.

Un investigador de la Universidad de California descubrió que la industria del azúcar contrató a un grupo de científicos en los años sesenta para minimizar el vínculo entre el azúcar y las enfermedades cardiacas y convertir a las grasas saturadas en las culpables.

Documentos internos de la industria azucarera fueron publicados el lunes en la revista especializada JAMA Internal Medicine, y sugieren que cinco décadas de estudios acerca de la relación entre nutrición y enfermedades cardiacas, incluyendo muchas recomendaciones actuales de nutrición, pueden haber estado moldeadas por la industria azucarera durante largo tiempo.

“Fueron capaces de desviar la discusión sobre el azúcar por décadas”, dijo Stanton Glantz, un profesor de medicina de la Universidad de California en San Francisco y autor del artículo de JAMA Internal Medicine.

Un grupo comercial llamado Sugar Research Foundation -lo que hoy es la Asociación Azucarera- pagó a tres investigadores de Harvard el equivalente a 50.000 dólares para publicar en 1967 una revisión de los estudios sobre el azúcar, la grasa y las enfermedades cardiacas.

El grupo del azúcar escogió cuidadosamente los estudios que se utilizaron para la revisión y el artículo, publicado en la muy prestigiosa revista New England Journal of Medicine, minimizó el vínculo entre el azúcar y el corazón, y difamó a las grasas saturadas.

Y al parecer no es lo único que la industria azucarera manipuló, el años pasado se supo que Coca Cola financió investigaciones que minimizaban la relación entre los refrescos y la obesidad.

Durante varias décadas, se conminó a la gente a reducir la ingesta de grasas, lo que ocasionó que mucha gente consumiera alimentos bajos en grasa, pero con alto contenido de azúcar, los cuales son considerados por los expertos ahora como un factor clave para la crisis de obesidad y la diabetes.

 

Más de 50 años de mentiras

Los documentos muestran que en 1964, John Hickson, un alto ejecutivo de la industria azucarera, discutió un plan con otros miembros de la industria para cambiar la opinión pública “mediante nuestros estudios, información y programas legislativos”.

En aquella época, los estudios habían comenzado a señalar una relación entre dietas altas en azúcar y los altos niveles de enfermedades cardiacas en el país. Al mismo tiempo, otros científicos, entre ellos el famoso fisiólogo Acel Keys, investigaban una teoría rival que establecía que eran las grasas saturadas y el colesterol lo que generaba el mayor riesgo de ocasionar enfermedades del corazón.

Hickson propuso contrarrestar los descubrimientos alarmantes sobre el azúcar con una investigación patrocinada por la industria. “Después podemos publicar los datos y refutar a nuestros detractores”, escribió.

En 1965, Hickson reclutó a los investigadores de Harvard para escribir una revisión que desacreditara los estudios antiazúcar. Les pagó un total de 6500 dólares (que actualmente equivalen a 49.000 dólares). Hickson seleccionó los artículos que tenían que revisar y les aclaró que quería resultados a favor del azúcar.

El Dr. Hegsted de Harvard tranquilizó a los ejecutivos azucareros: “Estamos muy conscientes de su interés particular”, escribió, “y lo cubriremos tan bien como podamos”.

 

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