La Columbia Británica en Canadá registró en los cinco últimos días 486 muertes repentinas, tres veces la cifra usual, en medio de la ola de calor que azota la región, durante la cual el termómetro ha superado los 49°C en el pueblo de Lytton. En el oeste de Estados Unidos se cuentan al menos 80 muertos.
“Si bien es demasiado pronto para decir con certeza cuántas de las muertes están relacionadas con el calor, es probable que el aumento significativo en las muertes reportadas (del 195% en comparación con otros años) sea atribuible al clima extremo que ha experimentado la Columbia Británica y continúa afectando a muchas partes de nuestra provincia”, dijo Lisa Lapointe, directora forense de la provincia.
Entre los últimos tres y cinco años, solo se habían producido en la provincia tres muertes por causas vinculadas al calor. Desde el viernes, la policía de la ciudad portuaria de Vancouver ha atendido a más de 130 muertes repentinas. En su mayoría las víctimas eran ancianos o tenían problemas de salud, y el calor fue un factor determinante.
Muchos de los fallecidos, apuntó Lapointe, vivían solos, en casas sin ventilación.
En Estados Unidos la situación es similar: el lunes las temperaturas alcanzaron los 46.1°C en Portland, Oregón, y los 42.2°C en Seattle, Washington, donde han tenido que establecer centros para que la gente acuda a refrescarse.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, esto representa los niveles más altos desde que comenzaron los registros en la década de 1940.
En el estado de Oregón, las autoridades vincularon más de 60 muertes al calor extremo, mientras que en el estado de Washington relacionaron 20 por la misma causa.
Según le dijo el médico de Seattle Jeremy Hess,al periódico Seattle Times el número de pacientes que ingresan con insolación era comparable al comienzo de la pandemia de Covid-19.