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México, el país con más muertos por consumo de refrescos

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Un estudio publicado en la revista Circulation asegura que tenemos las tasas más altas del mundo en obesidad y diabetes

En el mundo, 184,000 muertes de adultos cada año son atribuibles al consumo de bebidas azucaradas y México encabeza la lista. Esto revela una estudio publicado en la revista Circulation, en el que por primera vez se ha calculado el impacto a escala global de este problema.

En el 2010, causaron 133,000 fallecimientos por diabetes; además, 45,000 por enfermedades cardiovasculares y 6,540, por cáncer.

La investigación encabezada por Dariush Mozaffarian, rector de la Escuela Friedman de Políticas y Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Tufts, también presenta los resultados por países y por franja de edad, dos parámetros que generan importantes diferencias.

México, Centroamérica y el Caribe son las regiones que tienen mayor consumo de bebidas azucaradas por persona, con alrededor de tres porciones por día. Mientras que Japón tiene un impacto mínimo de estas bebidas sobre la mortalidad, con menos de 1% en adultos de 65 años o más, el impacto para México es de 30% para los adultos menores de 45 años.

Entre los 20 países con mayor población, México encabeza la prevalencia, con casi 405 fallecimientos por cada millón de adultos, 24,100 muertos en total. En segundo lugar, pero con un porcentaje mucho menor, se situaba EU, con 125 muertos por cada millón de personas, 25,000 en total.

Esto es 12.1 % de las muertes por diabetes, enfermedades cardiovasculares y cánceres relacionados con la obesidad ocurridas en México. En este sentido, el doctor Mozaffarian aseguró que México, además de lo revelado en este estudio, tiene las tasas más altas del mundo en obesidad y diabetes, por lo que “en conjunto, es una triple amenaza para la salud de la nación”.

El estudio también revela importantes diferencias en función de la riqueza de cada país, ya que 76% de las muertes vinculadas a este consumo se dio en países con recursos medios o bajos.

Además, el porcentaje de muertes y enfermedades crónicas provocadas por estas bebidas es mayor entre los adultos jóvenes menores de 45 años que entre aquellos que superaban los 65 años.

“Este dato es importante porque en muchos países los jóvenes son una parte importante de la fuerza de trabajo, con lo que el impacto económico de estas muertes y enfermedades es muy elevado”, alertó Gitanjali Singh, coautora del estudio.

Un problema grave 
de solución sencilla

En entrevista vía electrónica, Dariush Mozaffarian explica: “Pese a los resultados obtenidos, no es un problema complicado de resolver, ya que estas bebidas no tienen ningún beneficio para la salud, por lo que simplemente reducir el consumo evitaría decenas de muertes cada año.

“El consumo de estas bebidas en Estados Unidos, México y varios otros países está empezando a caer. Las empresas deben mirar hacia el futuro y desarrollar otros productos sanos y rentables, un ganar-ganar para todos. No es como el tabaco, ya que estas empresas (las de bebidas) puede cambiar y hacer otros productos.

“Además, acciones de salud pública basadas en la evidencia científica pueden mejorar sustancialmente los hábitos alimentarios y de salud y reducir los costos económicos” para el país.

Y México la está implementando

Mozaffarian, quien ha visitado México, comenta que “los incentivos económicos como subir los impuestos son muy eficaces, impuestos significativos (por ejemplo, 30 a 50%) reducirían el consumo, mejorarían las disparidades de población y proporcionarían ingresos públicos significativos para otros programas de salud pública, incluyendo la subvención de opciones saludables tales como frutas, verduras, frutos secos, yogur y peces.

“En este sentido, México ha sido un ejemplo a seguir con el impuesto al refresco, sin embargo, los ingresos que se generen deben utilizarse en programas de prevención y subsidio a alimentos saludables.

El sistema médico gasta millones de pesos en tratar enfermedades asociadas con el consumo de refresco, en lugar de gastarlos en prevenirlas.

El investigador destaca que “no todo el mundo bebe bebidas azucaradas, la mala noticia es que mucha gente, en todas las naciones, lo hace. Todo el mundo se ve afectado, ya sea directamente por su propio consumo, por el consumo de miembros de la familia, amigos y seres queridos, o por los enormes costos económicos y de salud para la sociedad en su conjunto”.

¿Cómo delimitan la aportación 
de las bebidas azucaradas?

Para realizar estas estimaciones, los expertos seleccionaron aquellas sodas, bebidas de frutas, refrescos deportivos o energéticos, tés helados dulces, y zumos caseros que contenían al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros. El equipo midió su consumo con los datos obtenidos en 62 modelos de encuestas sobre la dieta personal y sobre la disponibilidad de azúcar en 187 países.

Para el estudio, también se emplearon estudios médicos sobre los efectos en la salud y metanálisis estadísticos para calcular el impacto directo en la diabetes, y los efectos indirectos en los problemas relacionados con la obesidad, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer.

“Cada vez que se oye acerca de una estimación de las muertes por ‘X’ (tabaquismo, malaria, el mal estilo de vida, etcétera), se utilizan enfoques similares”, explicó Dariush Mozaffarian .

Información de El Economista

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