Usualmente la mayoría de personas utilizan contraseñas para cuidar la privacidad de su teléfono celular. Y esas claves dependen del aparato, desde códigos y palabras y hasta reconocimiento facial.
Sin embargo, aunque tienen un fin positivo, en ocasiones se convierten en el peor enemigo de los dueños cuando olvidan la contraseña o se lo dejan encargado a alguien que no la sabe.
Un claro ejemplo es lo que le ocurrió recientemente a una mujer en Shanghái, la cual se percató que su iPhone estaba bloqueado por más de 47 años luego de que su hijo de dos años ingresara muchas veces de forma incorrecta el código.
Cada vez que el pequeño introducía una clave incorrecta, se sumaba un periodo de tiempo, logrando así 25 millones de minutos.
Según Wei Chunlong, un técnico de una tienda Apple citado por el portal South Morning Post, la única opción para que el celular vuelva a funcionar, aparte de esperar décadas, es resetearlo, decir borrar todos los datos.