A finales de septiembre de 1920, el periódico Dayton Daily News publicó un artículo repleto de predicciones para el año 2020. Entre las suposiciones más destacadas está la aparición de nuevas formas de energía. Acertaron hasta cierto punto pues, aunque la humanidad aprovecha la energía eólica, solar y nuclear, estamos lejos de abandonar las fuentes de energía tradicionales, como el carbón y combustibles fósiles.
Las predicciones del periódico fueron más que un ejercicio de imaginación, sobre todo cuando pronosticaron que los niños nacidos en esa época no verían el 2020. Esta previsión se basó en la lógica, pues en ese entonces la expectativa de vida mundial era de apenas 54 años. Hoy, muchas personas nacidas en la década de 1920 son un testimonio vivo del poco optimismo que tenía la editorial con el ritmo de los cambios.
Sin embargo, ni la más optimista de las publicaciones hubiera predicho los cambios que acontecieron en los últimos 100 años. Hace un siglo la aviación estaba en pañales: el primer «vuelo comercial» de prueba había despegado seis años antes, en 1914, con tan sólo 16 pasajeros. En ese lapso pusimos en órbita miles de satélites, fuimos a la Luna, enviamos robots a Marte y nos conectamos con todos en una sola red global.
En 1920 no había Internet y la comunicación era muy rudimentaria. De hecho, Graham Bell en Nueva York y Thomas Watson en San Francisco realizaron la primera llamada de larga distancia en 1915. Hoy, gracias al Internet podemos discutir con personas de cualquier parte del mundo en tiempo real. En esa época no existía ninguna computadora como las conocemos hoy, los dispositivos de computación más novedosos eran analógicos y/o mecánicos, y la televisión demoraría cinco años en llegar.
Hace un siglo no portábamos computadoras en el bolsillo. De hecho, el mundo era tan diferente en 1920 que la población mundial apenas alcanzaba los 2,000 millones. En los últimos 100 años casi cuadruplicamos esa cifra con 7,530 millones de personas en el mundo. Muchos lo considerarían un atrevimiento, pero es posible que en el último siglo hayan sucedido más cambios en nuestro planeta que en toda la historia de la humanidad.
El tiempo nos ha enseñado que solemos sobreestimar las cosas que podemos lograr a corto plazo, mientras subestimamos completamente lo que podemos hacer a largo plazo.
Las predicciones de un siglo.
De aquí a cien años sucederán algunos cambios importantes en esta ciudad y en el país. Si te detienes a reflexionar un instante lo que un siglo traerá, obtendrás la visión de algunas cosas que probablemente marcarán los próximos 100 años. De los 113 millones de personas que hoy comprende la población de los Estados Unidos, pocas estarán vivas cuando inicie el 2020.
Incluso los bebés en sus brazos o hijos que nazcan en los próximos cinco años difícilmente sobrevivirán el próximo siglo. Difícilmente una edificación que hoy está en pie se mantendrá así. Las casas de madera podrían no ser conocidas en 2020. Los tranvías, vagones de tren y otros métodos comunes de transporte, sin duda, quedarán relegados a la historia en el transcurso de un siglo.
De todos los organismos que el hombre utiliza hoy, sólo la electricidad debe sobrevivir. Muchos científicos creen que la gasolina y el carbón dejarán de ser de uso común dentro de un siglo. Algunos sugieren que el aire y agua proporcionarán métodos de calor y energía en 2020. Es indudable que las máquinas voladoras de una clase nueva e importante, hoy desconocida, serán empleadas en el siglo remoto.
Probablemente los aviones funcionen con electricidad y baterías de almacenamiento que les proporcionen potencia. Es poco probable que sigan utilizando gasolina en 2020. El problema de los combustibles será resuelto de una forma muy distinta a como se hace hoy.
El aire proporcionará una enorme fuerza motriz en diversos ámbitos. Sin duda, el Sol será socorrido para obtener la mayor parte del calor utilizado por la humanidad. Fuera de las aguas en la superficie terrestre, algo se desarrollará para beneficio de la familia humana. El automóvil será reemplazado por algo completamente diferente. Caballos y vacas podrían ser desconocidos.
Los estudiantes de la raza humana nos han dicho que el hombre primitivo, como animal primitivo, era grande de estatura. Las osamentas que los científicos han desenterrado corroboran esto. Quizá los seres humanos de aquí a un siglo se vuelvan mucho más pequeños o mucho más grandes de lo que son hoy. Todo habrá cambiado.
El siglo anterior nos proporcionó una cantidad ilimitada de grandes invenciones, la máquina de coser, planchas eléctricas, lavadoras eléctricas, aviones, automóviles, radio y electricidad. En los próximos 100 años, este proceso de crecimiento seguirá hasta alcanzar niveles aún mayores.
Tal vez no sea una imagen alegre, pero la mayoría no estará aquí para ver el año 2020 llegar. Aunque podemos estar seguros de que el tiempo traerá cambios y mejoras. Esta es una tierra progresista y el progreso ha marcado todos los años siguientes desde el inicio.