EL PATO DE LUCAS YA SABE QUE NO SERÁ EL CANDIDATO
EN HERMOSILLO, CONSECUENCIA DEL CENTRALISMO
Por Jesús Ruiz Gámez
La diputada federal por Morena, Wendy Briceño, salió ayer a confirmar en redes sociales su registro como precandidata a la alcaldía de Hermosillo, un registro que ni ella ni el partido habían dado a conocer y que se hizo público hasta ayer que lo comenté en esta columna.
Es cierto, como lo dice la diputada Briceño, que no era un secreto su aspiración por ser candidata a la presidencia municipal capitalina y, de hecho, en este mismo espacio reseñé hace meses su decisión de exigir al partido la realización de un proceso interno.
Pero también es cierto que, por alguna razón, su registro se hizo en la reserva, contra la costumbre de hacer de ese momento una fiesta, de allí que lo noticioso no fue que se haya registrado, sino que no se mantuviera oculto.
Esa secrecía fue la que ayer levantó muchas especulaciones sobre el por qué se decidió en Morena no allanarle a la alcaldesa Celida López Cárdenas la candidatura a la reelección.
Unos decían ayer que Durazo no pudo con la presión y cedió al registro de Briceño, versión que resulta increíble dada la fuerza que demostró al interior de Morena antes y después de renunciar a la Secretaría de Seguridad para venirse a preparar su candidatura a gobernador.
Además, Durazo sabe bien que el registro de Briceño tiene un costo: lastimar la relación con su más fuerte aliada en Hermosillo, que es la Alcaldesa.
Otros dijeron que el registro de la Diputada fue un triunfo de la grilla que le ha hecho a la Alcaldesa el coordinador (en funciones) de la campaña de Durazo, Jesús Valencia, lo que pudiera tener más visos de realidad porque es sabida la influencia que éste último ostenta.
Y hasta circuló la versión de que Durazo “compró” la grilla de que Celida no le era conveniente por la amistad que desde hace tiempo lleva la Alcaldesa con el actual dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
En fin, versiones van y vienen, lo cierto es que al conocerse el registro de Briceño, de inmediato se activaron en redes sociales los grupos de morenistas “puros” que nunca han tragado a la alcaldesa ex panista y que serían felices si se le niega la posibilidad de reelegirse.
Conociendo cómo se llevan los morenistas, quizás lo que depara el registro de Briceño es una guerra de alta intensidad, cuando menos en redes sociales.
Al menos ayer ya dieron una probadita del odio jarocho que le siguen dedicando a la Alcaldesa los llamados “radicales libres” de Morena.
Cuidado, pues, que los “demonios” de Morena podrían ya estar sueltos.
EL PATO DE LUCAS YA SABE QUE NO SERÁ EL CANDIDATO
La alianza “Va por Sonora” tiene bases muy sólidas en la candidatura común de Ernesto Gándara por el PRI-PAN-PRD, pero aún falta fortalecerla con la elección de los mejores candidatos en el resto de las posiciones, dice Ernesto “El Pato” De Lucas, presidente estatal del PRI.
El Pato alaba el trabajo político realizado por Gándara para establecer esta alianza, pero señala que aún falta consolidar el tránsito de adversarios a aliados entre dirigentes y militancia de los partidos, pues “hay jaloneos” por algunas candidaturas.
Esos “jaloneros” se dan, explica, porque se ha malentendido que el partido que postula lo tienen que hacer con uno de sus militantes y ese no es el “espíritu” de la alianza que construyó Ernesto Gándara, sino que el acuerdo inicial era postular a los más competitivos y sin distinción partidaria.
Lo anterior lo cita el Dirigente priista ante el Grupo de Periodistas Contrapunto 10, quien señala que en Hermosillo es ejemplo donde pudiera no cumplirse con ese “espíritu”.
El Pato es innegablemente parte interesada en este tema, pues él manifestó en su momento el deseo de ir por la revancha después de perder la elección en el 2018, pero, además, es uno de cuatro nombres que el PAN somete a un proceso para determinar a quién postulará a la alcaldía capitalina, como les corresponde según los acuerdos de la alianza. Los otros personajes son Antonio Astiazarán, Norberto Barraza y Gustavo de Unanue Aguirre.
Pero el Pato sostiene que el acuerdo era llegar a la nominación mediante una encuesta y nada más, no mediante el proceso anunciado por la dirigencia panista que consiste en una encuesta a población abierta, grupos de enfoque y otra encuesta exclusiva para militantes panistas.
Notoriamente, El Pato siente y sabe que ese proceso difícilmente podría favorecerle a pesar de que pudiera ganar la encuesta de posicionamiento, pues el resto de la auscultación necesariamente introduce elementos partidistas para llegar a la decisión final.
En síntesis, El Pato sí quisiera ser, pero sabe que “no va a pasar”, como lo dijo él mismo en un momento de la charla.
EN HERMOSILLO, CONSECUENCIA DEL CENTRALISMO
Ayer escuché al titular de la Sedatu, Román Meyer, cuando le confirmó al periodista Juan Carlos Zúñiga la decisión de “posponer” indefinidamente la realización del proyecto del Parque Biocultural del Cerro de la Campana en Hermosillo.
Esto es muy mala noticia, pues se dejarán de aplicar recursos ya autorizados -y que tanta falta hacen para la economía capitalina-, pero además se habían hablado maravillas del proyecto en cuanto a que hermosearía ese emblemático sector de nuestra querida ciudad.
A lo que voy es que Román Meyer mencionó que la posposición de la inversión obedeció a la necesidad de llegar a consensos con grupos ambientalistas, lo cual puede ser cierto, pero lo que se oculta es que el proyecto no tenía aplicación, pues fue hecho “con las patas” en un escritorio de la Ciudad de México.
Quién sabe cuánto se pagó por ese proyecto que ahora tendrá que ser remendado, todo por el revigorizado centralismo que ha impulsado el gobierno de López Obrador, por el cual todo se tiene que idear, autorizar y hasta ejecutar desde allá en el centro del país.
Esto me hizo recordar la queja de los constructores sonorenses porque la Sedatu revivió también el centralismo en la asignación de los contratos, de tal manera que se anuncian recursos para infraestructura en las ciudades, pero los diseños y concursos se hacen en la Ciudad de México y por eso las obras llegan ya con las constructoras bien etiquetadas.
De vuelta al proyecto del Cerro de la Campana, sospecho que -a como viene la ruina presupuestal de la Federación en este año y los que vienen- a lo mejor ese dinero ya no regresa a Hermosillo.
Todo por el centralismo que tanto les gusta en la 4T.