a administración del presidente Donald Trump anunció este martes 27 de mayo que cancelará todos los contratos federales con la Universidad de Harvard, como parte de una campaña de supervisión más estricta hacia la institución. La decisión afectaría acuerdos valorados en hasta 100 millones de dólares, según reportes de medios estadounidenses.
Una fuente oficial reveló que se enviará una circular a todas las agencias federales para identificar y rescindir los contratos activos con la universidad, o bien redirigir esos fondos a otras instituciones consideradas más alineadas con la visión del gobierno.
Motivación política y acusaciones de antisemitismo
La medida es interpretada como un nuevo capítulo en la creciente tensión política entre la Casa Blanca y Harvard, universidad a la que Trump ha acusado de fomentar el antisemitismo y promover valores liberales contrarios a su administración.
“Harvard ha rehusado aceptar supervisión federal sobre sus procesos de admisión y contratación académica”, argumentó un portavoz del gobierno.
En semanas recientes, Harvard ya había enfrentado la congelación de subvenciones millonarias y un intento —frustrado por los tribunales— de limitar su capacidad de recibir estudiantes extranjeros.
Respuesta de Harvard: “violación constitucional”
La universidad calificó la ofensiva del gobierno como una violación de la Constitución, advirtiendo que las medidas impuestas paralizarían su funcionamiento y afectarían gravemente a su comunidad internacional.
Además, criticó los comentarios del presidente Trump, quien en redes sociales calificó a algunos de sus estudiantes extranjeros como “lunáticos radicalizados”, generando una fuerte ola de reacciones.
Golpe a los estudiantes internacionales
En otro movimiento controvertido, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, revocó temporalmente el permiso de Harvard para matricular estudiantes extranjeros, lo que pone en riesgo la permanencia de miles de jóvenes y millones de dólares en ingresos académicos.