La víspera, durante un evento para inversionistas y analistas de Wall Street, el director general de Ford, Mark Fields, informó que moverá toda la producción de autos chicos de Estados Unidos a México.
El magnate explicó que si la empresa lleva a cabo sus planes, tendrá que pagar un arancel de 35% por cada coche que quiera vender en Estados Unidos, y subrayó que estaba seguro de que Ford no cumpliría con sus planes si él gana. “No se van a ir”, dijo entre aplausos. “Pero si se van no pasa nada. ¡Haremos una fortuna!”, apuntó.
En Canton, Ohio –estado donde Trump se situó, horas antes de su llegada, entre cuatro y cinco puntos por delante de su adversaria Hillary Clinton, según dos sondeos de CNN y Bloomberg–, el multimillonario se presentó ayer como el único líder capaz de frenar el declive de Estados Unidos y como el único capaz de defender los empleos de la clase obrera castigada por el cierre de las fábricas y la deslocalización, según información difundida por Univisión.
“Las manos americanas reconstruirán esta nación, y energía americana extraída de fuentes americanas le dará energía”, dijo el candidato. “Volveré a poner el acero americano en el espinazo de nuestro país. Lucharé por la gente de cada parte deprimida de esta nación”, agregó.
Unas horas antes de llegar a Canton, Trump estuvo en Flint, la ciudad de Michigan cuyo sistema de agua sufre una grave crisis desde la primavera de 2014. El candidato se dirigió a un grupo de voluntarios en una iglesia metodista y recibió una llamada de atención de la reverenda, que le dijo que no le había invitado para pronunciar un discurso político, sino para agradecer a los voluntarios su trabajo por la comunidad.
Al recordar en Canton lo que había ocurrido, Trump dijo que seguiría visitando comunidades aunque sus habitantes no fueran a votar por él, y sostuvo que la crisis era el fruto del fracaso de los políticos y el mejor ejemplo del declive del país.
“Antes los coches se hacían en Flint y no podías beber agua en México”, dijo el republicano entre aplausos. Y remató: “Ahora los coches se hacen en México y no puedes beber agua en Flint”.