El sujeto pasó dos meses ingiriendo hojas afiladas, debido a una obsesión por comer metal. Los médicos estaban sorprendidos.
Tenía un impulso salvaje de consumir metal. Incluso para nosotros, cirujanos con experiencia, fue aterrador”
El procedimiento para remover los objetos filosos les tomó a los ‘docs’ cerca de cinco horas, en una operación muy desgastante debido al cuidado que requirió para mantener la integridad de los órganos