Por Jesús Ruiz Gámez
Al ritmo que llevaba hasta el fin de semana, Ciudad Obregón podría terminar el mes de abril con cerca de 40 homicidios dolosos, cifra que quizás no sea un nuevo récord en la ensangrentada localidad, pero es la muestra de la ola de ejecuciones que ha hecho destacar a la entidad en la macabra estadística a nivel nacional.
Este nivel de inseguridad alcanzado en Sonora evidencia el fracaso de las instiituciones en todos los niveles de gobierno, pero como la mayoría de los asesinatos están relacionados con las actividades del crimen organizado, señaladamente el fracaso mayor le corresponde a las representaciones del gobierno federal.
Cuando se dio la mIlitarización de jefaturas de las policías municipales, que sólo se pudo ejecutar plenamente en Empalme, Guaymas y Hermosillo, el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, dijo que habría revisiones e informes trimestrales sobre los resultados de la estrategia, los cuales no se han conocido.
Así que, como no se sabe si se han hecho esas evaluaciones y menos se han publicado, a la población sólo le queda juzgar por los resultados y éstos no dan para pensar otras cosa que el cambio sirvió simplemente para que siga igual… o peor.
¿Y saben qué es lo peor? Que esto de poner militares al frente de las policías se toma como la estrategia más radical para tratar de contener la corrupción y la infiltración de las corporaciones.
Es decir que si con esto no se puede, al parecer no hay más qué hacer.
REBASAN A AUTORIDADES
Pero la acción de los criminales no solamente rebasa la respuesta del gobierno a la hora de medir fuerzas, sino que además se dan el lujo de buscar el apoyo de una base social, al brindar apoyos a la población con la entrega de despensas, como se ha visto en Guaymas y Empalme.
Resulta que en esos municipios han emulado la entrega de despensas que hacen grupos del crimen organizado en estados del centro y norte del país.
Se ha conocido que integrantes del grupo denominado “La Plaza” han llegado a las colonias más populosas para entregar despensas, a cambio de que los “beneficiados” posteen fotografías como testimonio de la “bondadosa” acción.
Así, se han visto en redes sociales los “agradecimientos” por esas entregas, sin que se sepa un número aproximado de cuántas despensas se han entregado y en cuántas colonias.
¿Al tiempo veremos en Guaymas y Empalme cómo la propia gente se enfrenta a las policías para proteger a los delincuentes?
Eso es lo que se ha visto en otras localidades del país donde los criminales no solo son amos y señores, sino que además han logrado con sus dádivas comprar la complicidad de la gente en contra de las autoridades.
¿FUERZA LETAL O ABRAZOS?
Por cierto, sobra decir que la estrategia de seguridad a nivel nacional es un fracaso mayor, pues atravesamos los meses con los peores números de asesinatos en el territorio nacional, pero sin que haya una mínima señal en el gobierno de López Obrador de hacer correcciones en la estrategia basada en lo que logre hacer la Guardia Nacional.
Pero el comentario viene a cuento sobre la muy diferente visión de los gobernantes sobre el tema de la inseguridad, pues mientras López Obrador insiste en su estrategia de “abrazos y no balazos”, hay otros gobiernos que optan por aumentar el grado de fuerza contra los criminales.
Ayer me llamó la atención que el presidente de El Salvador, Nayibb Bukele, ante un repunte de los asesinatos, anunció la autorización para que las policías de ese país hagan uso de la fuerza letal contra miembros de la temible “Mara Salvatrucha”.
En pocas palabras, el presidente Bukele autorizó a matar a esos pandilleros si juzgan que su propia seguridad o la de ciudadanos están en riesgo.
En tanto, ante el aumento de los asesinatos aquí en México, la instrucción a las fuerzas armadas no solamente es la de responder con “abrazos” e insistir en el trato a los criminales como si fueran ciudadanos “normales” con todos sus derechos a salvo.
¡Qué contraste! ¿Verdad?
COMO UN GRITO DESESPERADO
Ayer la alcaldesa de Hermosillo, Célida López Cárdenas, publicó un tuit que fue como un grito desesperado hasta el olimpo de la 4T, concretamente dirigido al titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) Román Meyer Falcón, aunque el verdadero destinatario fue el presidente López Obrador.
Fue pues un recordatorio sobre el compromiso del presidente López Obrador, hecho durante una de sus conferencias mañaneras de la semana anterior, cuando a pregunta de la periodista Reyna Ramírez dijo que para Sonora venía un inversión de 500 millones de pesos para infraestructrura y concretamente 150 millones para repavimentación y bacheo en Hermosillo.
Por el tuit de la Presidente Municipal entendemos que no ha habido absolutamente nada para que se materialice ese compromiso y claro que López Cárdenas hace bien en hacer el recordatorio, pues una promesa presidencial no se debe desaprovechar.
La duda que me asalta es si en la Sedatu existen esos recursos, que son parte de un programa de inversión de 25 mil millones en unas 70 de las principales ciudades del país, luego de los nuevos machetazos al presupuesto que acaba de aplicar el Presidente.
Entonces, en estos momentos vendría bien que organizaciones ciudadanas y políticas se sumaran a presionar a la Sedatu a establecer un calendario para la aplicación de esos recursos, en apoyo, no a la Alcaldesa, sino a la ciudad.
Lástima que desde el partido Morena no moverán un sólo dedo en apoyo a esa gestión. De hecho, desde allí contribuyeron a sabotear el plan de venta de terrenos en el vado del río, con cuyos recursos se pensaba invertir en la mejora de las vialidades.
Esperemos pues que el tuit de la Alcaldea surta efectos.
QUE NO FALTARÁ AGUA, PERO…
En más sobre la capital sonorense, vaya que vienen tiempos duros para los directivos y personal de Agua de Hermosillo (Aguah), pues se ha dejado venir el calor y ya sabemos que eso significa un aumento inmediato en los niveles de consumo doméstico, principalmente.
El aumento en la demanda de agua por el calor es algo que los expertos en el organismo operador ya han aprendido a afrontar año con año, pero lo que no estaba contemplado es que se juntara con el aumento en el consumo que ha traído esto de la pandemia al quedarse en casa la mayor parte de la población.
Si bien el coronavirus también ha traído la paralización de las actividades industriales y comerciales, a pesar de ello se ha informado que a nivel nacional se ha presentado un incremento de casi 30% en la demanda de agua y obviamente esta zona semidesértica en que vivimos no pude ser la excepción.
Así que el director de Agua de Hermosillo, Alfredo Gómez Sarabia, ahora sí que deberá sacar el agua de las piedras para salir adelante con esta situación, un reto muy difícil de lograr si la sociedad no colabora.
Ayer, el ingeniero Herman Valenzuela, coordinador operativo de Aguah, decía que hay reservas de agua suficientes para garantizar el abasto en verano (12 millones de metros cúbicos en la Presa ALR y 28 millones más en El Molinito, más la recuperación de acuíferos y las dotaciones del Acueducto Independencia), lo cual es tranquilizador, pero no podemos soslayar que este inusitado aumento de la demanda podría prolongarse por muchas semanas e incluso meses.