El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) está en quiebra financiera y es muy probable que tenga problemas para operar el próximo mes de julio, según advirtió el director de Normatividad de Administración y Finanzas del Instituto, Mario Zenteno Santaella.
Esto sucederá “si no hay ampliación líquida, si no nos pagan los estados y las secretarías lo que nos deben. Estamos operando en austeridad a todo lo que da. En el Instituto pagamos alrededor de mil millones por año de pasivo”, puntualizó el funcionario durante su comparecencia ante la Comisión de Salud del Senado.
Según Zenteno Santaella, el pasivo aumentó en 128.06% al pasar de ocho mil 294 millones de pesos en 2017 a 18 mil 917 millones un año después.
“Mucho de este pasivo se hizo sin suficiencia presupuestal, o sea que hay daño patrimonial y actuaremos conforme a la ley, porque no puede haber impunidad. Nuestro instituto tiene inmuebles muy viejos y no podemos permitir que se haya llevado a esta quiebra financiera. Hay responsables y en su momento los daremos a conocer”, recalcó.
En su oportunidad, Pedro Flores Jiménez, titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Salud, sostuvo que en los hospitales de alta especialidad –organismos públicos y descentralizados– la demanda de recursos humanos y materiales asciende a 10 mil millones de pesos.
“Al principio que tomamos las riendas de la administración hicimos un pequeño análisis para ver cuáles eran sus presiones para poder saber cómo podían estar en lo mínimo de trabajo o aceptable. El estudio nos arrojó que se requerían aproximadamente 10 mil millones de pesos”, detalló.
En cuanto a la adquisición de medicamentos, dijo que se realiza una licitación pública para el segundo semestre de 2019, cuyo fallo está programado para el 10 de junio.