Por Jesús Ruiz Gámez
Ayer el director general del Isssteson, Jesús Acuña Méndez, le dijo a los representantes del Consejo Sindical Permanente que, para el rescate del Instituto, “necesitamos ‘taclear’ la situación, enfrentarla y jalar juntos para empezar a erradicar vicios”.
Ignoro la verdad qué quiso decir con eso de “taclear la situación”, cuando yo creo que lo primero por hacer en el Isssteson -si deveras se quieren soluciones de fondo-, es empezar por erradicar los vicios desde su raíz, o más bien la raíz de todos sus vicios.
Pero vamos a pensar que el Director aludió al futbol americano bajo la idea de que una tacleada a la situación del Isssteson es como iniciar una operación de choque, frontal y decidida para poner fin a las enormes fugas de recursos que, por ineficiencia y corrupción, forman parte del cotidiano ejercicio burocrático en ese Instituto.
En mi experiencia como reportero he conocido el manejo del Isssteson por al menos cinco sexenios y, salvo honrosos períodos de algunos directores, en todos esos gobiernos el final ha sido casi idéntico, con herencia de un creciente déficit financiero, deterioro de la infraestructura y en la atención, más las consabidas historias de corrupción.
Los representantes sindicales que estuvieron ayer frente a Jesús Acuña, como siempre, le recitaron al Director el consabido y añejo rosario de problemáticas, como el crónico desabasto de medicamentos, la decreciente calidad de la atención médica general y especializada, más los repetitivos retrasos en el pago de las pensiones, entre muchos otros reclamos.
Y esa ha sido la película por ya muchos años: los líderes sindicales van siempre a pedir y si acaso señalar, lo que al final de cuentas es su chamba, en tanto el Director en turno trata de comprar tiempo mientras logra que desde la Secretaría de Hacienda manden al Instituto los recursos que por ley deberían depositarse de inmediato.
Jesús Acuña dijo por allí otras frases que pueden sonar interesantes si de alguna manera tienen tras de sí la intención de traducirse en acciones concretas.
Dijo, por ejemplo, que “lo peor que se puede hacer es ocultar la realidad”; que “la realidad la tenemos que poner en la mesa”; que se debe allí “trabajar (con y en las realidades) no con fantasías”; y se comprometió a que “la transparencia y la información va a estar allí de cajón”.
Como les decía, a lo largo de todos los sexenios he escuchado muchos discursos, he conocido muchos planes, estrategias y acciones, que al final resultaron ser meros paliativos.
Y el saldo final de todas esas gestiones ha sido la de inyectar al Isssteson cada vez más recursos fiscales, dinero del resto de los contribuyentes que no reciben ningún servicio del Instituto y que así financian las crecientes necesidades de la burocracia y la voracidad de políticos.
Yo estoy convencido que la raíz de todos los vicios que aquejan al Isssteson, está en el manejo político que siempre se le ha dado.
El Isssteson es manejado como una dependencia más del Ejecutivo y nunca lo han dejado ser un verdadero organismo descentralizado, con respeto a su personalidad y patrimonio propios, autónomo, como dice la ley y como debería ser reconocido desde el Palacio de Gobierno.
ES decir, por encima de las decisiones con estricto apego a la especialidad técnica, administrativa y financiera, ha sido la política y no la política pública la que se ha enseñoreado sobre el Isssteson.
Por la política se ha dado siempre el nombramiento de los directivos.
Por la política, la Junta de Gobierno, que supuestamente es la máxima autoridad, en realidad la han convertido en una anodina mesa de trámites.
Por la política, de manera por demás irresponsable, sucesivos gobiernos incorporaron al Isssteson decenas de ayuntamientos y organismos públicos insolventes, con un enorme número de nuevos derechohabientes, cuya atención y servicios deben ser subsidiados.
Por la política, al Isssteson se le escamotean multimillonarios recursos de nóminas amañadas.
Por la política se aplazan las más urgentes decisiones, como la inexorable reforma a la Ley Orgánica.
Por la política, el Isssteson está tronado.
Quizás, señor Acuña, lo que hace falta en el Isssteson, es taclear la política.
UNA DISCULPA Y UNA PRECISIÓN
Escribí que el nombramiento del actual subsecretario de Gobierno Jesús Javier Ceballos Corral, estaba siendo cuestionado al interior del magisterio estatal por el supuesto antecedente de haberse auto prestado más de un millón 250 mil pesos como director del Fondo de Retiro de la Sección 54 del SNTE, abuso por el cual la dirigencia sindical había interpuesto una querella en su contra.
Ayer mismo, antes que el propio profesor Ceballos me aclarara de la manera más amable que él no estuvo involucrado en ese asunto, ya me habían hablado otras personas para hacerme ver el error y abogar por él como persona recta y que goza de bien ganado prestigio, tanto entre el magisterio como en sus lides políticas.
Así que mis sinceras disculpas para el maestro Ceballos Corral.
Ahora procedo a aclarar que el disgusto en el magisterio estatal era auténtico, pero realmente por el nombramiento como subsecretario de Educación Básica del profesor Francisco Javier Soto Palafox, quien ciertamente fue denunciado por el trinquete en el Fondo de Retiro de la Sección 54 del SNTE que encabeza el profesor Raymundo Lagarda.
Me dicen que el asunto de la denuncia de la dirigencia magisterial trascendió al interior de la nueva administración estatal y que, al conocerse tal antecedente del profesor Soto, el secretario de Educación y Cultura, Aarón Grajeda, ayer mismo dio reversa a su nombramiento y, en su lugar, habría de tomar posesión el también profesor José Guadalupe Curiel.
Quizás para hoy ya esté confirmada esta primera baja en la alta burocracia del nuevo gobierno de Morena en Sonora, así como su sustitución con el nombramiento de profesor Curiel, un personaje de amplia trayectoria en el propio magisterio, así como en las lides político-partidistas y por su experiencia como ex presidente municipal de Navojoa.
Bien, hasta allí la cosa y sólo me restaría comentar que la decisión del secretario Grajeda hace ver que hay por allí la humildad como para reconocer cuando las decisiones no han sido bien aceptadas y actuar en consecuencia.
Jesús Ruiz Gámez, periodista con 34 años de experiencia en prensa escrita y radio; actualmente, columnista y conductor del noticiario Las Noticias en Kaliente, en el 90.7 de FM.